Entre esto, aquello, totorotas y toletadas - por Nicolás Guerra Aguiar
Entre esto, aquello, totorotas y toletadas - por Nicolás Guerra Aguiar *
Y en el ejercicio de tal derecho el señor Nadal opinó sobre la situación de la política española tras la presentación del legítimo voto de censura al señor Rajoy por parte del PSOE. El tenista dijo que le gustaría “volver a votar”.
Así, el diputado de Podemos -¿actuará el partido?- le responde: “A mí me gustaría que dejase de practicar un tenis soporífero, defensivo, hipermusculado y pasabolas". Toda una lección de congruencia ideológica, razonada argumentación y pálpito democrático. Más: simpar ejemplo de escrupulosa consideración a las ideas ajenas, ajenas estas a exaltaciones dictatoriales, loas a regímenes fascistas o atentados a los derechos humanos.
El señor Nadal hizo pública la libre manifestación de pensamientos tal como muchos ciudadanos anónimos que compartieron la misma opinión durante el debate. Pero el diputado de Podemos -impertinente conjunción de palabras ajenas al tema, desacertadas y opuestas a elementales raciocinios- mezcla el deseo del señor Nadal con sus personales consideraciones sobre el sistema táctico del deportista, perplejante combinación. El señor Nadal ni ofende ni agrede. Por el contrario, el desafortunado señor López no manifiesta, precisamente, hipermusculación intelectual, sabiduría mental o pensamiento ordenado.
Frente a tales personajes fortalece uno la convicción de que la mediocridad se ha adueñado de la Política española. E incluso la humana duda sobre su capacidad personal para hablar como mensajero o representante de Podemos en la política madrileña. Con cuatro machangadas como esta ya empezarían algunos a pregonar que la anticonstitucional “ley Mordaza” tiene su lado bueno (ni de coña).
TOTOROTADAS. Los estudios científicos sobre la variedad del español hablado en Canarias tienen reconocimiento internacional. Fehacientes documentos escritos son, por ejemplo, el Diccionario básico de canarismos (DBC) y Dudas más frecuentes sobre el español de Canarias (de la Academia Canaria de la Lengua); el Tesoro léxico canario-americano; el Diccionario Histórico del Español de Canarias más el Diccionario ejemplificado de canarismos (doctora Corbella, doctor Corrales); el Diccionario histórico – etimológico del habla canaria (doctor Morera)…
Y esta voz, totorotada, se registra en algunos de ellos (como también aparece toletada). Así pues, ni es un vulgarismo ni palabra despreciable. El adjetivo se emparenta con otro de su misma categoría gramatical y raíz, totorota. Y su significado (DBC) es ‘persona simple, boba’. (Al menos en mi pueblo, Gáldar, nunca tuvo carga despreciativa hacia la persona.)
Por tanto, resulta imprescindible una observación: muchas palabras reducen drásticamente su teórico impacto negativo según entonaciones y contextos. E incluso lo pierden y se transforman en voces familiares sin contenido malicioso alguno. Así, por ejemplo, no es lo mismo decirle a alguien “¡Eres un hijo de puta!” que llamar “¡jopuuuta!” a un amigo o conocido. La primera construcción exige naifes, simbólicos ríos de sangre. La segunda puede terminar en fraternal abrazo y cantos a la imperecedera amistad tras las tejinescas roniadas pertinentes.
Un desajuste tuvo el señor Antona días atrás. Fue la pública aireación de un voto de censura contra el señor Clavijo, presidente del Gobierno de Canarias. Sospecho su encochinamiento - emputamiento contra CC (u CORAMASción Canaria) por la deslealtad hacia el PP en el voto de censura presentado por el PSOE. Pero el señor Antona –veterano en las cosas de la política- sabe quiénes son CoATIción y la señora Oramas: la burguesía conservadora tinerfeña (con todos mis respetos, obviamente), hábil y despierta para la exclusiva defensa de sus intereses.
TOLETADA. Por elementalidad, el señor Antona no puede presumir de “que la corrupción no pasa factura al PP, sino que gana afiliados”. Es el desparrame de la osadía (con todos mis respetos) y el reconocimiento de su existencia. Impacta, no obstante, su valentía: da por cierta -al menos puede deducirse del titular periodístico- la realidad corrupcional del PP.
El PP perdió entre 2001 y 2016 tres millones de papeletas. Tras la condena “Gürtel” la desmoralización se adueña de honrados votantes peperos… a la espera de nuevas sentencias. Quizás andan decepcionados o angustiados, no sé. Pero, desde luego, sin ánimos. O acaso con la barriga esconchabada de tanto reboso.
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Nicolás Guerra Aguiar