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jueves, 25 de abril de 2024 08:10h.

Tremenda marcha - por Paco Déniz

Lo que consiguió la Asamblea Nacional de Catalunya en la última diada habrá que estudiarlo muchísimo porque formará parte de los anales de los logros de los movimientos sociales. 

El almendrero de Nicolás

 Tremenda marcha - por Paco Déniz

Lo que consiguió la Asamblea Nacional de Catalunya en la última diada habrá que estudiarlo muchísimo porque formará parte de los anales de los logros de los movimientos sociales. Organizar a más de millón y medio de personas en un tramo de cuatrocientos kilómetros sin que haya habido accidentes ni percances de ningún tipo, constituye una obra de ingeniería social que sólo se explica por la existencia de una organización social y de un caudal de energías participativas absolutamente mayoritario en la sociedad catalana, así como por el acuerdo entre organizaciones sociales e instituciones, medios de comunicación y liderazgos de todo tipo, volcados en la consecución de un objetivo unitario. En este caso, hacer irreversible el acuerdo parlamentario sobre la voluntad de celebrar un referéndum de autodeterminación en esta legislatura. Por eso, y debido a su incontestable éxito, la caverna mediática no ha podido cuestionar un solo metro cuadrado de esa marcha hacia la independencia. Todo lo más, han dado demasiado protagonismo a quienes no participaron, y han repetido el viejo truco de la mayoría silenciosa. Para algunos tertulieros de derechas el sujeto de la decisión sobre Catalunya comporta también a la mayoría silenciosa de Albacete, Getafe y Almería.

Algunos contrarios a la autodeterminación, para documentarse, echan mano de manuales antinacionalistas comprados en el aeropuerto, o releen las obras completas del jefe de la tribu Vargas Llosa. Que si el rollo “chill out” de las fronteras obsoletas, que si los nazis, que si el derecho de las minorías (espiral del silencio), que si el folklorismo y bla, bla, bla, pero no hablan del problema político. Del problema democrático que representa que el 80% quiere un referéndum y que el 56% desea la independencia. En fin, de los límites de Constitución.

No espero que Belén Esteban, Jesulín de Ubrique, Nadal o Sergio Ramos estén a favor del derecho a decidir, lo que espero es que la gente leída renueve su arsenal de argumentos en contra de la voluntad política de una marcha mayor que la de Luther King.

                                    Paco Déniz