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sábado, 20 de abril de 2024 01:42h.

El tren de la paz - por Antonio Cabrera de León

 

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El tren de la paz - por Antonio Cabrera de León *

El derecho nunca fue otra cosa que la imposición de los intereses de los poderosos. Durante siglos se impusieron las leyes a sangre y fuego, y hoy aún se imponen cuando el poderoso no consigue disfrazar sus intereses mediante la persuasión.

En el ámbito internacional, el avance de la humanidad creando la ONU como remedo de un parlamento mundial es innegable. Pero los poderosos se aseguraron de tener capacidad de veto a las resoluciones que perjudiquen sus intereses. Así hay un derecho para todos cuando a ellos les viene bien, o un derecho para todos menos para cualquiera de ellos al que no le convenga.

La Corte Penal Internacional, por ejemplo, no sólo no fue acatada por EEUU cuando no le convino sino que su presidente Trump le impuso sanciones a los miembros de la Corte por atreverse a investigar los crímenes cometidos por ese país. Es evidente que los EEUU no logran ya imponer su “derecho” en el mundo de manera unilateral. Siguen siendo la potencia más influyente pero su hegemonía ya no es absoluta como lo fue entre 1980 y 2020.

Ahora China ha propuesto un plan de paz para detener la guerra en Ucrania y el único que la rechaza es precisamente EEUU. Ni siquiera Ucrania se niega a estudiarlo. Parece difícil que Zelensky pueda zafarse del dogal americano que le facilita armas y dinero para defenderse. Pero más difícil parecía que los dirigentes de dos dictaduras sanguinarias, archienemigas, Irán y Arabia, acordaran negociar un acercamiento, y China lo ha conseguido hace apenas un par de semanas. Con ello le ha dado un tremendo bofetón de realidad a los norteamericanos: aquí ya no mandan sólo ustedes.

Europa acaba de ser invitada a Pekín. Empezando por Sánchez, como próximo presidente del Consejo de la UE, pero seguido por todos los demás. China no improvisa, ni lanza una propuesta sin tenerla muy negociada. Hay una esperanza para detener la guerra si Europa apuesta por ello. Y sólo la paz evita las muertes y la ruina. En su tiempo, Deng impuso en China la ocultación de la capacidad de su país “hasta que llegara el momento”. Ahora Xi sabe que ha llegado el momento porque simplemente China ya no puede ocultar su inmenso poderío y capacidad de influencia.

Naturalmente, el lobo americano denuncia que no conviene fiarse del lobo chino. Hace bien. Pero decir que China es una dictadura, que lo es, no genera amnesia en los pueblos que sufrieron dictaduras impuestas por EEUU. Cuando has infectado de hediondos dictadores asesinos a toda Latinoamérica y África, eres poco creíble como defensor de los derechos humanos.

He defendido desde el primer minuto de la invasión rusa, que había que ayudar a Ucrania a defenderse. E igualmente defiendo que ahora hay que ayudarla a firmar un armisticio. Rusia ha aprendido que ya no puede invadir impunemente un país europeo. Al menos europeo. Ya no estamos en la Hungría del 56 ni en la Checoslovaquia del 68. Frenada la invasión, todo se puede negociar. No habrá una ocasión mejor que ésta para la paz. Ningún país tiene mejor posición que China para formular una propuesta seria a ambos bandos. El disgusto del amigo americano o de sus acólitos polacos no debe impedirnos coger este tren. No sabemos cuándo volverá a pasar.

 

* Gracias a Antonio Cabrera de León

ANTONIO CABRERA DE LEÓN RESEÑA
mancheta ene 23