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viernes, 26 de abril de 2024 08:03h.

Lo que necesitamos en Canarias como pueblo, es un Estatuto de Neutralidad

El tsunami de la geopolítica: El Sáhara y Canarias - por  Antonio González Viéitez

 

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El tsunami de la geopolítica: El Sáhara y Canarias - por  Antonio González Viéitez *              

Los inicios de este siglo se recordarán en el futuro como trascendentales. Además de la aceleración del Cambio Climático que viene de atrás, la Crisis Financiera del 2008 y la primera Pandemia Planetaria del 2019, han tenido y tendrán efectos definitorios. A mi juicio, lo más sobresaliente es que ambas dos son consecuencia directa del actual modelo de “civilización”. La primera, como resultado del derrumbe de un sistema financiero mundial, desregularizado, envenenado y “demasiado grande para caer”. Que tuvo que sacarse a flote mediante el oprobioso desembolso de ingentes cantidades de recursos públicos. La segunda, originada por el colapso de algunos de los equilibrios vitales de la Biosfera terrestre, causado por el modelo de turbocrecimiento capitalista que comenzó a afectar e infectar a la salud de la humanidad.

Aprendiendo de tan terribles experiencias, comenzó a consolidarse la necesidad de restablecer todos los equilibrios fundamentales. De ahí el concepto de Sostenibilidad, que se desarrolló mediante el convencimiento que esta Sostenibilidad o es global y universal, o no será. Así, la cooperación, la necesidad de asumir tareas colectivas, incluso la fraternidad cristalizó en la idea que, por primera vez, la solución de la crisis “no puede dejar a nadie atrás”.

Así las cosas, los poderes globales establecidos en el mundo neoliberal, se dieron cuenta del terrible peligro que todo esto podría significar para sus macrointereses y buscaron la forma de intervenir (ellos, sí). Tenían que encontrar otra idea que poder confrontar con la Sostenibilidad. Pero no la encontraron. Y entonces utilizaron una vieja estrategia que nunca les ha fallado a los poderosos. Que no es otra que colocar en primer plano, como fuera y a toda costa, otra cuestión tan palpitante, tan grave, que sea capaz de que lo urgente, lo urgentísimo, sustituya a lo verdaderamente importante. Con la finalidad que la Sostenibilidad tuviera que dejarse a un lado, porque la sociedad mundial tenía que afrontar tremendo envite que se les echaba encima

LA GEOPOLÍTICA VIEJA

A lo largo de la etapa de la Guerra Fría, la existencia del equilibrio de los dos Bloques, con “empate técnico” debido a la posible y mutua destrucción nuclear, se mantuvo hasta la caída del Muro de Berlín.

Desde entonces, recuérdese que llegó a proclamarse “el fin de la historia”, Estados Unidos, el líder del Bloque Occidental, comenzó de forma taimada a ganar ventaja estratégica incorporando a la OTAN a antiguos Estados provenientes de la extinta Unión Soviética. Se trataba de incorporaciones que se había comprometido a no realizar, porque se había acordado con Gorbachov que el ingreso de la Alemania Unificada a la OTAN excluía otras nuevas incorporaciones. Así la nueva Rusia pretendía garantizar su seguridad mediante la neutralidad de una serie de países intermedios. Esta política de ocupación, en la práctica, no tuvo réplica de Rusia por la situación de derrumbe en la que permaneció  a lo largo de muchos años

En cualquier caso, en las siguientes tres décadas, el liderazgo de Estados Unidos se fue consolidando como exclusivo a escala mundial. Y la institución político-militar que antes había jugado un papel esencial, la OTAN, prácticamente había desaparecido. Macron llegó a considerarla en situación de “muerte cerebral”

LA GEOPOLÍTICA NUEVA.

A escala política planetaria, han sucedido dos hechos que al líder mundial, indiscutible hasta ahora, le han hecho cambiar y sentirse menos seguro. Uno: la salida de Rusia del tremendo bache que le supuso el colapso de la URSS. Dos: sobre todo la consolidación de la tremenda potencia de China y sus formidables perspectivas. 

Y de nuevo aparece la disputa por el liderazgo mundial. Estados Unidos se siente inseguro en todos los aspectos menos en el militar. En cualquier caso, esta “Guerra Fría 2” tiene una diferencia básica en relación con la anterior, no se trata ahora de dos proyectos sociales excluyentes Capitalismo -  Socialismo. En mi opinión, se trata de una confrontación estrictamente económica. Y esta es brutal. Porque, para los protagonistas, también es excluyente a nivel mundial. Les va su hegemonía

Por todo eso, Estados Unidos viene provocando tensiones competitivas en los lugares geográficos más sensibles, Ucrania y Taiwan. En mi opinión, está claro el protagonismo actual de Rusia invadiendo Ucrania. Pero hay que entender la presión constante que está sufriendo al quedarse sin zonas de seguridad. Por eso, la solución tendrá que venir por un Acuerdo en el que se garantice su seguridad.

Mientras tanto desde el mundo liderado por Estados Unidos, se viene hablando de ganar la guerra y no de alcanzar la paz, por muy difícil y costosa que sea la guerra y por mucho tiempo que pueda durar. En la práctica, la guerra está declarada entre la OTAN y Rusia por medio de un país interpuesto. Aunque “los occidentales” no se involucran directamente en la guerra, simplemente la arman, la financian y la defienden sin fisura en sus medios de comunicación. Es más, los Estados Unidos está consiguiendo que Europa les haga la guerra. Eso sí, como siempre, quien pone la carne de cañón es el pobre pueblo ucraniano.
En medio de ese clima, la última y pomposa reunión de la OTAN en Madrid, ayuda aclarar el momento político mundial. En su afán por presionar y militarizar la vida, son capaces de que países, históricamente neutrales y con gobiernos socialdemócratas, Suecia y Finlandia, acaben solicitando su ingreso. Y que en la Declaración de Madrid, se declare nada menos que la lejana China es una Potencia no amistosa “que desafía su seguridad y sus valores”.

EL “FLANCO SUR”. El SÁHARA Y CANARIAS. 

Es cierto que los Estados Unidos considera que la discusión actual de su liderazgo mundial se centra en el Este de Europa y en China. Pero sabe de sobra que (América Latina aparte) su principal desconfianza está en África, el Continente más empobrecido y el que más va a crecer demográficamente en las próximas décadas. Por eso entiende que el “Flanco Sur” va a constituirse en la próxima zona de “tensión no controlada”. 

Y, exactamente como está haciendo en Europa y en el Pacífico, en nuestra zona ha reconocido que El Sáhara Occidental es parte integrante de Marruecos y apoya a los servicios secretos y militares del gobierno sionista de Israel que están confrontando con el Frente Polisario. Todo ello con la voluntad geopolítica de enfrentar entre sí a los países árabes.

Por lo que a nosotros concierne, ha presionado descaradamente al Gobierno de España (eso sí, después de haber tenido que cesar a la anterior Ministra de Exteriores) para que se alinee con Marruecos, con las consecuencias de todos conocidas. Alineamiento que ha sido rechazado en varias ocasiones nada menos que por el Parlamento español.

No es cuestión de resaltar aquí lo que todo el mundo sabe de las traiciones del Gobierno de España a la RASD. Ni la deshonra, ni la infamia social, política y humana que todo esto representa. Mucho más sentida en nuestro caso, donde el pueblo saharaui es nuestro vecino más próximo, con el que nos unen profundos lazos de fraternidad.

Lo que intento resaltar aquí es que esa política sobre el “Flanco Sur” no solo consiguió cambiar la política española hacia el Sáhara sino que, a modo de posibilidad estratégica, considera que el Archipiélago Canario pudiera llegar a convertirse en la sede del Comando Sur de la OTAN.

Y esto para Canarias sería letal. Incluso cuestiones políticas al margen, hay que recordar que la economía canaria, desde sus mismísimos inicios se desarrolló como un modelo especializado en la producción de exportables (desde los primeros azúcares hasta los últimos paquetes turísticos), modelo absolutamente extrovertido. Lo que implica la absoluta necesidad de libertades de todo tipo para poder llevar adelante sus trasiegos e intercambios. Y tenemos sobrada experiencia de que, cada vez que se originaba cualquier barrera o dificultad en nuestros intercambios, se originaba tremendo daño en la economía canaria. Canarias, para prosperar, tendrá que seguir siendo un centro neurálgico (nuestros puertos y aeropuertos…) de esta región del Atlántico. Y esta profunda convicción de nuestro pueblo se comprobó y cuando pudo manifestarse en el referendum de la OTAN. Canarias dijo NO.

Lo que necesitamos no es ser la sede del Comando Sur de la OTAN y permitir que nos transformen en FRONTERA de nada ni de nadie. Lo que necesitamos como pueblo, es un Estatuto de Neutralidad, para poder avanzar en Políticas de Codesarrollo con nuestros vecinos africanos y que nos vean que podemos serles útiles y solidarios y no como una plataforma de agresión. El futuro de nuestro pueblo en lo que queda del siglo XXI, dependerá en gran parte de cómo resolvamos esta gran cuestión.

No debemos olvidar nunca que, cuando se habla o se entra en consideraciones de Geopolítica, como es el caso, los derechos humanos, lo que constituye el mayor logro de la Civilización, se transforman en lo que, obscenamente, se llega a denominar “efectos colaterales” 

 Antonio González Vieitez

Canarias  9 de Septiembre de 2022

* En La casa de mi tía por gentileza de Antonio González Viéitez

ANTONIO GONZÁLEZ VIEÍTEZ
MANCHETA AGOSTO 22