El turismo, punta de lanza (I) - por Francisco Javier González
El turismo, punta de lanza (I) - por Francisco Javier González *
De los 682.189 afiliados con que contaba la Seguridad Social en Canarias según la EPA de junio del pasado 2020, el comercio, que representa el 25,7 % de las empresas que hay en las islas, ocupa a 153.640 trabajadores, el 22,52 % del total, de los que 36.020 son autónomos. La hostelería ocupa a 147.870 trabajadores, el 21,67% del total, de los que 19.140 son autónomos y 128.730 por cuenta ajena. Otros 130.010 trabajadores son funcionarios de las distintas administraciones, el 19.05% del total de trabajadores. SI le sumamos el resto de ocupados en el sector servicios –transportes, enseñanza, sanidad, financiero…- encontramos que este sector agrupa al 86,02% de las empresas existentes en Canarias y al 87,27 % de los trabajadores.
Como ya cité en “INMIGRANTES EN CANARIAS, entre el colonialismo, la miseria y la xenofobia (II)”, de la previsión de Hispalink para este 2021 en Canarias, el sector terciario generará un 86,2% del Valor Añadido Bruto VAB, mayormente impulsado por la explotación turística y sus adláteres, al que, si sumamos el 5,7% generado por la construcción, en gran manera también ligada al turismo, nos encontramos que representa al 92% del mismo. En otras palabras, nuestra sociedad canaria es una “sociedad de servicios”, con absoluta dependencia de un factor tan inestable y volátil como el turismo. Esto nos ha convertido a los seres que moramos en esta colonia, con “nuestras” autoridades al frente, más que en “servidores”, en auténticos “serviles”.
El turismo es, por tanto, el motor de este tercer sector en nuestra tierra, por lo que nos interesa conocer no solo las cifras actuales sino, también, como hemos llegado –y no precisamente por suerte- a este su absoluto predominio en el desarrollo de toda la vida insular, esto es, la génesis y desarrollo del fenómeno turístico. Merita la pena singularizar este apartado ya que, tarde o temprano, esta pandemia que nos machaca pasará, pero todo parece indicar que los rectores de la vida, la economía y la política en esta tierra no tienen la más mínima intención de variar el rumbo de colisión que llevamos arrastrando hace mucho tiempo. Por ello, a modo de addenda a la serie de “Inmigrantes en Canarias” que, innegablemente, es tema de largo recorrido, dedicaré un par de capítulos específicamente al TURISMO antes de seguir con el tema central de la inmigración foránea a esta tierra.
PROTOTURISMO
Desde el inicio de la conquista y colonización, invasores españoles, mercenarios normandos, especialistas del azúcar portugueses, banqueros florentinos y venecianos…europeos todos, al fin y al cabo, tuvieron en sus manos el destino de esta colonia, desde la esclavitud de los indígenas al reparto de tierras, aguas y prebendas. Primero fue con el dulce azúcar y más tarde, tras el cálido sabor de nuestros vinos, que vinieron nuevos banqueros y comerciantes europeos, sobre todo británicos, irlandeses incluidos. Nos convertimos también en punto de paso obligado en la ruta a las Américas o a las correrías africanas a la captura de esclavos y las islas se sitúan en un imaginario europeo que, junto al deseo de nuevos conocimientos y mundos, combinaba entonces y lo sigue haciendo hoy, lo exótico, tropical y, por ende, marginal, proporcionando una relativa sensación de aventura, pero con bastante seguridad personal, puesta al alcance de europeos que dispusieran de una buena posición social y económica.
EL PROTOTURISMO CIENTÍFICO
No podemos poner en este apartado a la obra, “A description of the Fortunate Islands, otherwise called the Land of Canaria” de Thomas Nichols, viajero, comerciante y factor inglés en Canarias escrita por 1582 o 1583 porque, pesar de las interesantes descripciones que encierra, entre ellas la mención de la famosa -y aún “non trubada” cual nueva Borondón- “Cueva de las Mil Momias”, debe encuadrarse en el espíritu observador y curioso de su autor y no en el prototurismo científico pero, de facto, fue el impulso inicial. Traducida por Buenaventura Bonnet en 1933 -que la dio como publicada en 1526- fue una obra muy conocida en Gran Bretaña, aunque la historiografía canaria no le dio el valor que podía tener por su cercanía a la cultura precolonial, aún superviviente en muchos lugares de Canarias. El propio Viera y Clavijo apenas se hace eco comentando algún error –que probablemente no fue tal sino, más bien de interpretación- de la medida de la altura del Teide, todo ello a pesar de que es seguro que todo lo que transmitió sobre el pueblo guanche, sus reyes, sus costumbres, vestidos, enterramientos, etc. son fruto de la comunicación oral con indígenas que aún conservaban su conocimiento.
Rumeu de Armas dio a conocer el tortuoso proceso que incoó a Nichols la Santa Inquisición Española que lo mantuvo un quinquenio en una de sus prisiones.
Precisamente va a ser la especial configuración fisiográfica del Archipiélago y su volcanismo, con el Teide como punto de máximo atractivo, la que ejerza de imán de naturalistas y geólogos estableciéndose una corriente viajera científica que, con sus publicaciones, va ser importante para extender el conocimiento de las islas en Europa. Desde este punto de vista científico, el interés por Canarias lo encontramos, tempranamente, ya en el S. XVII. Tal vez el primer trabajo publicado al respecto es el manuscrito que Sir Edmund Scory dedica a Sir Francis Bacon, el padre del empirismo científico y filosófico, en 1610. Samuel Purchas, tres lustros más tarde, hace público el trabajo de Scory en sus “Purchas His Pilgrimage, or Relations of the World and the Religions Observed in All Ages and Places discovered from thew Creation unto this Present”, “Observaciones” en las que se aportan noticias sobre los guanches, sus costumbres y organización social que causan sensación en Europa donde obtienen gran difusión y no solo entre geólogos o antropólogos sino entre el público europeo culto y curioso. En el texto de Scory, que Purchas publica en el Libro VII de esas “Observaciones” (Londres 1626) bajo el título de “Extracts taken out of the observations of the Right Worshipful Sir Edmund Scory, Knight off the Pike of Teneriffe, and other rarities which he observed there” trata a Scory de “Venerable Caballero del Pico de Tenerife” por el capítulo que dedica a nuestro volcán, su cráter y las características de las Cañadas, sus lavas y azufres.
Francisco Javier González
1 de abril de 2021