La TV basura que padecemos - por Erasmo Quintana
La TV basura que padecemos - por Erasmo Quintana *
Tal vez se trate de una deformación mía, pero siempre he sido sensible al gran problema en el que ha venido a parar el fenómeno televisión. Todo empezó con el advenimiento de los canales privados, pues cuando teníamos la TV única en blanco y negro fascista, cortaban la emisión con himno nacional a la hora
Allá por el año 1998 hubo un movimiento de concienciación al que me uní desde mi pertenencia a la Asociación Andersen, y a la que se sumaron el Grupo Espiral, la Federación de APAs Pérez Galdós y la Asociación de Consumidores de Canarias, todos formando una Plataforma por la calidad y el buen gusto frente a la telebasura. Coincidíamos en que algo había que hacer ante un fenómeno que nos desbordaba a padres y educadores. Los que somos de esa generación en que solo tuvimos el cine los domingos, aquellos célebres matinée y, circunstancialmente, algún que otro estreno de películas sobre Rin Tin Tin el perro lobo, Fu Man Chu ataca, o Satán el capitán Maravilla, no nos vimos afectados por esto de ahora, en que el cine y lo que no es cine se nos mete en nuestras casas sin pedir permiso, y no hay alma que controle el incesante
Nos quejamos con razón de que hoy no se enseña buenos modales y urbanidad; por el contrario consumen hasta el hartazgo programas basura, no solo nuestros niños, también los mayores, con esas tertulias del chisme descarnado y exponiendo los instintos más bajos de los seres humanos, así como tertulias que cuando hablan (Eduardo Inda, sin ir más lejos) siembra odio barriobajero con total desconsideración e impunidad a sus contertulios. Pero a él no se le puede decir que fue un maltrador.
La Educación consiste en introducir conceptos que le valdrán al educando para una disciplina futura en el campo de las ciencias o de las letras, coadyuvando -seguramente- para ser hombres y mujeres educados, formados, respetuosos y atentos con sus semejantes: esto es, las personas mayores y discapacitadas, inclinándolos al saludo y a ceder la preferencia cuando éstos la necesitan. Humanos, en fin, amantes de la madre Naturaleza, seres íntegros y llenos de valores positivos y altruistas.
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana *