Violación y muerte en Navidad – In Memoriam Laura Luelmo
Violación y muerte en Navidad – In Memoriam Laura Luelmo *
He dicho en otro lugar, más o menos, que el tiempo de Navidad transforma a las personas, mejorándolas. Caracteres de natural adustos e intransigentes, por arte de magia en estas fechas se vuelven más humanos, cercanos, atentos y desprendidos, y es un gusto lo encantados que se ponen con cualquiera, conocido o no. Esa felicidad que los inunda la quieren compartir sin reservas. Pasadas las fiestas y en cuanto rascamos un poco, aparece una punta de altanería y soberbia que los llevan a pensar que son superiores en todo al semejante. Ahora, con las nuevas redes sociales, viajan mensajes llenos de los mejores deseos que suenan a poco o nada impostados, enhebrados letra a letra digitalmente y cargados de sinceridad, porque hay quien incluso lo aprovecha para aliviar frustraciones personales.
Lo comentado generalmente es así, excepto estas Navidades, que se han visto truncadas por la violación y el crimen que ha cometido un monstruo, un desalmado, un canalla, segando la vida de una mujer en plena flor de la vida, Laura Luelmo. De qué pasta será
Si nos fijamos en lo que viene sucediendo en este país, nos preguntamos qué está pasando para que estemos en esta situación llena de sorpresas que desencadenan en hechos tan sorprendentes y graves. Sabíamos que la agresividad humana es una actitud de lo más usual, dando lugar a interminables guerras en el planeta, pues acabando una en algún lugar remoto, comienza otra en distinta zona. Desde que tengo uso de razón no he visto un solo día de paz en la Tierra.
La violencia se trata de un atentado contra la libertad ajena. El ser humano, decíamos, es violento por definición y le viene de dos formas: la innata y la cultural, propugnando esta última la violencia como aprendizaje social y político. Hay preceptistas antiguos que consideran que ser violento responde a la naturaleza humana y otros que es producto de las circunstancias sociales. La nuestra, lo vemos, es cada vez más grave, las más de las veces con resultado de muerte. Las reyertas urbanas (mientras escribo esto veo una de los CDR contra los Mossos d'Esquadra en la protesta por el consejo de ministros que se celebra en Barcelona) parecen militarmente diseñadas, convirtiendo las principales vías de comunicación en un auténtico campo de batalla. El mobiliario urbano salta por los aires ocasionando destrozos de todo tipo, en coches aparcados y en establecimientos comerciales. Cuando entra en acción las fuerzas antidisturbios, aquello es la guerra. ¿Es posible erradicar estos lamentables sucesos? La realidad es que en pleno siglo XXI el humano no acaba de salir de las cavernas; todavía sigue dando la imagen de troglodita.
Con permiso de la familia y amigos íntimos de la malograda Laura Luelmo, vilmente asesinada por un monstruo (adviértase que hay monstruos con cara y cuerpo de persona), aprovecho para felicitar en estas Fiestas Navideñas a mis amigos incondicionales que cada semana siguen mis escritos en el periódico digital La Casa de Mi Tía. A todos, también, buena entrada de año nuevo 2019. Salud.
* La casa de mi tía agradece la gentileza de Erasmo Quintana