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sábado, 27 de abril de 2024 00:57h.

Corrupción y política - Vincenç Navarro


Debo hacer esfuerzos para no agregar en La casa de mi tía todo lo que escribe Vincenç Navarro, para que no resulte esto un catálogo monográfico. Pero de verdad que es difícil destacar un artículo de otros de tanta calidad y de tanta verdad. 

Este que recomiendo hoy me luce singularmente oportuno, a la par que necesario. Porque Vincnç, al hilo de los -de nuevo- aparecidos casos de corrupción, insiste en la necesidad de discernir la política corrupta de la otra, que también existe, honesta. 

 

Porque, como decía el otro día Ramón Trujillo, hay que tener mucho cuidado en los efectos contraproducentes de las denuncias de corrupción, en el sentido de que contribuyen a la satanización de la política. Hay que repetirlo una ay otra vez. La corrupción es una excepción, abundante, pero excepción, en la política. La lucha contra la corrupción no debe ahuyentar a la gente de la política. Que es lo busca el fascismo, cosa que también recuerda Navarro.

Y en ese sentido, me parecen muy importantes las referencias que hace Vincenç Navarro sobre las reivindicaciones del 15M. Que nadie vea en ese movimiento una descalificación de la política, sino la demanda de una nueva -que debería ser la vieja, la de siempre- manera de hacer política. Algo tan sencillo como hacer política con honestidad.

Otra cosa es que la obsesión monetarista de la derecha, la aceptación en sus filas de tanta gente que lo busca es lucro personal, haga de ese lado de la política campo abonado para la corrupción. Es lo que deberían tener en cuenta las personas que asumen con rectitud las ideas conservadoras de derechas. Ellas tienen una tremenda responsabilidad; expulsar de su trinchera a la gente ruin. Y eso no se consigue, ni con el silencio, ni mirando para otro lado, como si los sobres fuerna invisibles, como si los sonrojantes signos externos de riqueza no existieran.

Es que no hace falta más que mirar cómo visten, como viven, como se mueven tantos personajes del Pp, para percatarse de que no hay sueldo norma que pudea sostener tanto lujo. Usar los ojos, es lo que hace falta.

 

http://www.vnavarro.org/?p=8390

http://www.fundacionsistema.com/News/ItemDetail.aspx?id=4413