El escándalo de la Púnica es mucho más que asco y bochorno (José Oneto)
No quisiera aparecer ahora yo como un sabedor, pero lo que se sabe de la "Púnica" como de tantos otros casos, es lo que ha estado ocurriendo -y sigue- en todo el estado español y Canarias, como de costumbre no solamente no es una excepción, sino que ocupa lugar destacado en estas mañas de connivencia entre la política mandante y las empresas mangantes.
En todo este estado de derecha, con Canarias en el pelotón de cabeza, los contratos y adjudicaciones del estado, en todos sus escalones, han sido y son una auténtica chapuza. Yo lo he dicho y lo repito. No dispongo de pruebas. Pero invito a comprobar como se repiten una y otra vez los nombres de empresas y personas que reciben encargos de gobierno, cabildos y ayuntamientos. Así como exhorto a examinar los extraños casos de enriquecimiento repentino y exorbitante de gente que a menudo no sabe ni hablra, mucho menos escribir. De la misma manera que animo a contemplar el emperretamiento de ciertos personajes de la política en proyectos innecesarios, como trenes, anillos insulares, puertos, gases, horadamiento de montañas. O, para terminar, aliento a reconocer la baja calidad que de manera frecuente adorna a los proyectos públicos y a sus altos precios. Todo esto avala, creo yo, mi afirmación de que lo de ja "Púnica" es un mero ejemplo del hediondo charco en que se debaten la política y las empresas en Canarias, como en todo el estado.