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sábado, 20 de abril de 2024 01:42h.

ESPAÑA, ¿DEMOCRACIA PLENA?

España: libertad conculcada Editorial de LA JORNADA (México) - Hipocresía gubernamental, política, mediática, comenta Chema Tante

 

FRASE LA JORNADA TANTE

Editorial del mexicano LA JORNADA que recomienda Francisco Morote de Attac Canarias y comenta Chema Tante

Hipocresía gubernamental, política, mediática, comenta Chema Tante

CHEMA TANTEYa nos acercamos a los noventa años que está durando esta hipocresía. La primera mitad del ciclo, una hipocresía brutal, pero al menos, no cínica.. Era un sistema totalitario y se ufanaba de ello. Era una dictadura y todo el mundo lo sabía. Pero, desde que Franco, la bestia fascista murió -de cuerpo, porque su espíritu sigue ahí- la oligarquía que manda en el estado español, por mandato vicario de la oligarquía mundial, la misma oligarquía que ganó la guerra incivil con armas nazifascistas y tropas mercenarias, mientras sus cachorros violaban, torturaban, robaban y asesinaban a demócratas en retaguardia, esa misma oligarquía decidió que había llegado la hora de un maquillaje. 

En 1978 tuvo lugar un maquillaje en su acepción exacta de "Alterar engañosamente la apariencia de un asunto u otra cosa". El sistema plutocrático que impuso el franquismo alteró su apariencia, se tocó una corona, se instaló en un Parlamento y se dispuso a seguir haciendo lo que llevaba haciendo desde los años 30 del siglo XX. Y ha sido posible, manteniendo los mismos resortes del poder. La banca, los medios de comunicación y la Justicia. Y nada ha cambiado en esta dictadura del dinero en la que la mentira se hace pasar por verdad, en la que las empresas imponen su voluntad, que el Parlamento y el Gobierno asumen servilmente y en la que la Justicia, administrada por los herederos del sistema franquista, aplican e interpretan las leyes en función de su fanatismo y de los intereses de los poderosos.

Esta es la verdad. Y la prueba sangrante la tenemos en lo que está pasando en el gobierno. En el estado español ocupan el poder dos partidos que sumaron sus votos para obtener la confianza, qué sarcasmo, del Congreso. Pero sumaron sus votos, en función de un acuerdo previo.

Sin embargo, en un fenómeno imposible en democracia auténtica, uno de los partidos -da lo mismo si mayoritario o no, porque los compromisos obligan por igual- se niega sistemáticamente a honrar su palabra. El partido español que se dice -con mentira- socialista y obrero, se ha resistido a hacer efectivos los puntos de su acuerdo. No deroga la Reforma Laboral que permite los abusos laborales de las empresas, no aplica impuestos a fortunas, no coloca el salario mínimo y de pensiones en los niveles acordados, no instaura una banca pública que frene la descomunal estafa financiera especulativa e hipotecaria de la banca privada, no pone coto a la delincuencia fiscal y un largo etcétera que culmina en la negativa a derogar una Ley Mordaza que permite que legalmente jueces y juezas enchironen a gente por soltar barbaridades cantando, en tanto que nazis largan impunemente sus bravatas que deberían ser ilegales en público. No hay manera de justificar este incumplimiento. Pero el tipo que falta alevosamente a su palabra, Pedro Sánchez, grita sin rubor que "España es una democracia plena".  Miserable concepto de la democracia.

Para colmo de la infamia, el partido que deshonra con nulo sentido democrático su palabra, se encastilla ahora en su actitud, porque esta deseando que el otro partido se harte y se eclipse, porque ahora vienen fondos europeos en grandes cantidades para la reconstrucción y lo que quiere el PsoE es poder manejar ese dinero sin un testigo molesto en el gobierno. El PsoE prefiere gobernar con los apoyos externos de la derecha, con quien se entenderá mucho mejor para hacer lo que le interesa, otra vez, a los poderosos.

No se trata, solamente, de tener una familia históricamente ladrona en el trono. Lo grave y doloroso es que quien manda es el mismo poder que armó la rebelión contra la República y que sigue dominando, sin democracia ninguna, gobierno, parlamento, justicia y medios de comunicación. Los cuatro poderes. No es democracia, ni plena ni ninguna. Es plutocracia.

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En particular, exhibe las dificultades para hacer convivir a las instituciones democráticas con la prevalencia de una monarquía que dista de gozar del respaldo unánime de la ciudadanía, y que en los años recientes acusa un inocultable desgaste. En este sentido, normativas como la ley mordaza, el carácter inatacable de la figura del rey o la existencia del delito de injurias a la Corona deben interpretarse como intentos de apuntalar a la monarquía mediante restricciones a la libertad de expresión que resultan insostenibles y vergonzosas en un marco democrático.

 

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