Una frase de Facundo Cabral, muy aplicable a España y a Canarias

Aunque, tanto en España como en Canarias, la situación e stodavía más grave: unas normas electorales aviesas permiten que ni siquiera haga falta que los y las idiotas que eligen idiotas sean mayoría.

En España gobierna un tipo que no obtuvo sino los votos de la tercera parte del electorado. En Canarias, otro con un 15% del electorado.