De locos, Ricardo Peytaví
En EL DÍA, Ricardo Peytaví ejerce su respetable derecho a exponer su opinión, para cuestionar su no menos discutible derecho a hacer lo propio. Peytaví parece creer que solamente se puede opinar escribiendo, pero no manifestándose en la calle.
Y para avalar sus execrables tesis, Peytaví no duda en tergiversar los hechos, cuando no directamente en mentir. Cuando todo el mundo sensato coincide en la cabalidad de las protestas en Gamonal, el hombre repite el guineo de la violencia y de la falta de representatividad de quienes se manifestaron.
Ahora Peytaví desarrolla su mercenaria función, mintiendo sobre las razones que han movido a convocar una manifestación legal en La Laguna, con motivo de la visita no deseada de Wert. La causa no es solamente la venida del ministro detestado, sino la ofensiva desplegada por él, por su jefe Rajoy y por el gobierno en pleno, contra la universalidad de la educación. Las voces se alzan en protesta por los propósitos evidentes de limitar la educación solamente a los ricos. Algo, probablemente, con lo que Peytaví está de acuerdo. Porque él ya terminó su formación. Debería Ricardo reflexionar sobre las posibilidades que tendría él, de haber existido cuando estudiaba, las condiciones que este gobierno y Wert estan imponiendio