Buscar
viernes, 26 de abril de 2024 17:58h.

Maite Mola (Partido de la Izquierda Europea): “Hay que obligarles a hacer un referendum sobre el TTIP”

El Tratado Trasatlántico TTIP se llevaría por delante la soberanía nacional, los derechos humanos y hasta la paz

El Tratado Trasatlántico se llevaría por delante la soberanía nacional, los derechos humanos y hasta la paz

Maite Mola (Partido de la Izquierda Europea*): “Hay que obligarles a hacer un referendum sobre el TTIP”

 


De izquierda a derecha: Sol Sanchez (coordinadora de ATTAC-ESpaña),  Willy Meyer (Izquierda Unida) , Cuca Hernández, (Plataforma “No to the TTIP”), Maite Mola (vicepresidenta del Partido de la Izquierda Europea) y Gilles Garnier (Partido Comunista Francés)

Uno de los debates de carácter internacional de la Fiesta del PCE de este año fue el dedicado a explicar y debatir las razones para rechazar el Tratado de Comercio e Inversión EU-EEU (TTIP) y también para organizar y articular la ofensiva contra unos acuerdos que afectarán drásticamente todos los ámbitos de la vida de los ciudadanos europeos. Las negociaciones entre la Comisión Europea y los Estados Unidos -van por la séptima ronda- se están gestionando opacamente, de espaldas a todo el mundo, excepto a los lobbies que representan los intereses de las trasnacionales. De ahí que casi nadie sepa de qué se trata y también la necesidad de sacarlo a la luz, según insistieron todos los ponentes.

Una semana antes de la Fiesta, la Comisión Europea rechazó la tramitación de la Iniciativa Ciudadana Europea que pretendía recoger un millón de firmas contra el TTIP, que supondrá “la desregulación total del mercado”, como sentenció la vicepresidenta del Partido de la Izquierda Europea, Maite Mola. Con ese rechazo la Comisión quiso blindar el proceso de negociaciones secretas que, entre otras cosas, reforzará el poder de acción de las poderosas corporaciones trasnacionales por encima de los gobiernos nacionales.

Maite denunció que se está intentando ocultar todo lo que subyace en este tratado trasatlántico “que puede acabar realmente y de manera matemática con lo poco que queda de servicios públicos y derechos”. Puso como ejemplo las batallas ganadas para impedir el fracking, que se irían al garete con este tratado. De hecho hay empresas energéticas estadounidenses y canadienses deseando implantar la fractura hidráulica en León, Galicia y Asturias, por ejemplo. “Los convenios colectivos pasarían a ser ciencia ficción... todo sería libre” alertó Mola.

La vicepresidenta del PIE insistió en que la gente no es consciente de lo que se está haciendo y por eso “cada uno de nosotros tenemos que ser militantes contra este tratado, y salir a explicárselo a todo el mundo”. El paso siguiente, dijo, es obligarles a hacer un referéndum, en los países en los que lo permita su legislación, para echar el tratado hacia atrás, como ya ocurrió con el Tratado de la Constitución Europea.

Gilles Garnier, del Partido Comunista Francés y de la Ejecutiva del PIE, se mostró convencido de que la movilización ciudadana puede echar para atrás el tratado, calificándolo de “tentativa de rapto de nuestros derechos y servicios públicos y sociales”. No sería la primera vez. Garnier no sólo recordó el rotundo NO que los franceses dieron al Tratado de la Constitución en 2005, sino también cómo por cuatro veces la defensa de la excepcionalidad cultural francesa venció a los intentos de dominio y liberación comercial de la cultura por parte de la industria estadounidense. “Si lo hemos parado cuatro veces en el ámbito cultural, también podemos hacerlo en otros dominios” sentenció.

El responsable de Europa del PCF habló de las esperanzas que abre la organización de la lucha contra este tratado: “alrededor de mil organizaciones y asociaciones sindicales y sociales estamos trabajando los textos del TTIP que tenemos a nuestra disposición”. Y en la apuesta a la ofensiva alentó a que los cargos electos presenten mociones contra el tratado allí donde estén “diciendo que no queremos que esto se decida sin nosotros” como se está haciendo en Francia y se empieza a hacer en el Estado español.

Pero el enemigo es fuerte y peligro. El comunista francés se detuvo sobre los peligros de la extraterritorialidad de la ley estadounidense, como ha ocurrido en el caso del principal banco de inversiones francés BNP Paribas sancionado por un juez estadounidense al pago de 6.500 millones de euros por haber eludido la prohibición de realizar operaciones financieras con países sujetos a sanciones comerciales estadounidenses como Cuba, por no hablar de los fondos buitres en Argentina.

Cuca Hernández, de la Plataforma No al TTIP también compartió su optimismo recordando el intento fallido de firmar un tratado multilateral similar en los años 90. Cuando salió a la luz se paralizó. Es lo que denominó “la teoría del vampiro”: cuando le da la luz y la gente se moviliza, el vampiro desaparece. Para ello es vital romper el silencio mediático.

También habló de lo fácil que es desmontar las promesas infundadas del crecimiento económico. Puso el ejemplo del tratado de libre comercio entre Estados Unidos, Canadá y México. México perdió su capacidad exportadora frente a la invasión de los productos norteamericanos. Y el trabajo se precarizó en condiciones laborales y en la caída de los salarios. Hoy en las maquilas las trabajadoras mexicanas viven en la pobreza con salarios muy bajos y mínimas condiciones de seguridad.

En este punto, la representante en el debate de la Plataforma No al TTIP advirtió de la gran amenaza que supone el TISA (Acuerdo sobre el Comercio de Servicios), “por el que los trabajadores nos convertimos en una mercancía más, y que permite que un trabajador polaco pueda ser contratado en Polonia para apretar tornillos en una fábrica en Alemania con las condiciones económicas y los derechos laborales de su país de origen”.

Cuca insistió en que los estados perderán el derecho a legislar sobre su territorio, a canalizar las aguas, etc... Y también perderán la posibilidad de recurrir las decisiones de los jueces extranjeros cuando una multinacional denuncie a un gobierno por considerar que una legislación perjudica sus intereses comerciales.

Sobre esos juicios privados para la resolución de conflictos entre trasnacionales y estados amplió información la coordinadora de ATTAC-España, Sol Sánchez. En esos juicios habrá tres abogados privados inapelables que no responden ante ningún Estado ni instituciones superiores. Su salario de de 1.000 dólares la hora. Un juez llega a cobrar un millón de dólares por caso. Los costes medios de un juicio rondan los 8 millones de dólares. Sánchez contó que uno de esos jueces expresó que si firman ese tratado los Estados aceptan que el diablo les pueda llevar a juicio en el infierno. Algo así le ocurrió a Egipto, que fue demandado por una multinacional por subir el salario mínimo interprofesional (SIM), y al gobierno filipino condenado a pagar 58 millones de dólares, lo que cuestan tres millones de vacunas básicas o el salario de más de 12.500 profesores.

Con esto, la coordinadora de ATTAC-España quiso dejar sentado que no se trata sólo de una cuestión de aranceles, sino de algo mucho más peligroso, “un atentado a la capacidad de los Estados para legislar”. Añadió que además habría vigilancia del cumplimiento de los acuerdos hasta en los gobiernos locales y en los ayuntamientos. En definitiva “es un tratado del capital trasnacional sobre los ciudadanos, no de un país fuerte sobre un país débil”.

Willy Meyer, de la secretaría de internacional del PCE, subrayó que si este tratado se está gestionando en secreto es porque va en contra del interés público. El objetivo es concentrar mucho más la economía en pocas manos a través de la desregulación del mercado, de la privatización y globalización de la economía sin globalizar los recursos. “Si no lo paramos será la zona de libre comercio más importante del mundo”. Alertó que su principio de desregulación se llevará por delante todo: la soberanía nacional, los derechos humanos, los medioambientales y hasta la paz. Apuntó que la OTAN, en su última cumbre el 4 de septiembre en Cardiff, ya hizo una loa al TTIP y creó una Fuerza de Intervención Rápida que garantizara que las materias primas no se pongan en cuestión”.

Los trabajadores europeos aún no son conscientes de lo que les puede pasar, argumentó Meyer. En Estados Unidos no hay derecho al trabajo, sólo relaciones individuales. Ningún trabajador puede recurrir a un tribunal. Es el sueño de la flexiseguridad del capital hecho realidad. Y ello puede llegar a Europa, explicó. Con un tono más irónico admiró la gran capacidad que tiene el capital para coordinarse y aplicar sus acuerdos por encima de todo y de todos y expresó su deseo de que “la izquierda política y social de Estados Unidos sea capaz de coordinarse con la europea, de la misma manera, para hacer frente a la que se está levantando”.

El reto en estos momentos, añadió, es explicar sector por sector de la producción las consecuencia que tendrá la firma de este tratado. “Nuestra obligación es llevar a la gente el conocimiento de este TTIP. Hay que dejar de ser analistas para pasar a la acción.” El reto de la izquierda, concluyó, “es dar una alternativa completa desde Europa para que las relaciones se establezcan desde los Derechos Humanos”.

* El Partido de la Izquierda Europea (PIE) es una partido político, a nivel europeo, fundado en 2004. El PIE está formado por 26 partidos miembros y 7 observadores. 

 

http://www.european-left.org/positions/news-archive/transatlantic-treaty-would-sweep-away-national-sovereignty-human-rights-and