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miércoles, 24 de abril de 2024 10:18h.

Mientes, contundentemente, Soria - por Chema Tante

CHEMA TANTEDice el locuaz ppero Carlos Cabrera Pérez-Camacho, que cree a Soria, porque ha desmentido "contundentemente" las informaciones sobre la aparición de su nombre, junto al de su hermano, en una sociedad en Bahamas. Es cierto. Soria se ha expresado con contundencia.

Mientes, contudentemente, Soria - por Chema Tante

Dice el locuaz ppero Carlos Cabrera Pérez-Camacho, que cree a Soria, porque ha desmentido "contundentemente" las informaciones sobre la aparición de su nombre, junto al de su hermano, en una sociedad en Bahamas. Es cierto. Soria se ha expresado con contundencia.

Con la misma contundencia y la misma desvergüenza insultante con que desmintió que vivió con su familia en un lujoso chalet sin pagar el oportuno alquiler, mientras le construían su lujosa mansión, cuyo coste es difícil de explicar de dónde salió. Con la misma contundencia y la misma desvergüenza con la que afirmó que no existía ninguna relación entre sus viajes de placer y estancias en hoteles de lujo y la autorización de plazas alojativas al mismo empresario que le pagó la dorada holganza.

Con idénticas contundencia y desvergüenza que aplicó en sus explicaciones sobre las extrañísimas situaciones en que se vió, con su hermano y compañero de tropelías, en el caso eólico, cuando los hermanos Soria intentaron hacerse con el jugoso negocio de las energías renovables. Contundencia y desvergüenza que se han mantenido en todas y cada una de las ocasiones en que Soria se ve envuelto en toda suerte de operaciones misteriosas.

En cada ocasión en que Soria tiene que demostrar su inocencia, ante las -igualmente contundentes- pruebas que le acusan, el único argumento que presenta es su propia palabra. Una palabra mendaz, que tan curiosa como significativamente, los tribunales de este estado de derecha aceptan, sin más.

Escucho que alguien dice que Soria está atenazado por el pánico. Pero yo no lo creo, este tarambana de la política y los sucios negocios ha visto que una y otra vez, sus mentiras, tan contundentemente proferidas, le han sacado de mil y un barranco de tuneras. Él, Soria, no tiene miedo. Otra cosa es que tenga razones para estar tranquilo. Porque en Soria se unen la prepotencia y la inconsciencia.

Mientes, contundentemente, Soria. Y yo afirmo que tu presencia en esos documentos, en los 90, fue porque en aquel momento no sospechabas que te venía el golpe de fortuna que ta catapultó a la política. Recordemos, Soria. Cuando el partido llamado popular no tenía cuadros en Gran Canaria, salvo la infeliz altotrianera Pepa, y te pusieron a tí. Y, gracias a las fatídicas maniobras en el estado, tu partido nada popular arrolló al PsoE y tú, Soria, sin haberlo pensado, te encontraste de alcalde de Las Palmas de Gran Canaria. En aquellos días te diste cuenta de que no era conveniente que tu nombre apareciera en esas empresas sospechosas. Pero que no aparezcas más no significa que no sigas manteniendo tus intereses en esas pantallas concebidas para ocultar beneficios al fisco de tu pàís.

Y termino, Soria, con una reflexión sobre algo que tú conoces muy bien. ¿Por qué existen empresas como esa en la que te has visto enredado? Pues esa emprera es un ejemplo clarísimo. Porque exportaban fruta canaria al Reino Unido, pero no facturaban desde Canarias, sino desde esas empresas radicadas en países "de cultura tributaria diferente".

En definitiva, Soria, porque las personas como tú le roban a sus pueblos el dinero que les pertenece a esos pueblos. Porque, a causa de que personas como tú no pagan los impuestos que deben pagar, la gente no puede estudiar, pasa hambre, está desamparada, sufre enfermedades y se muere. Y lo digo con toda contundencia. Confío en que Cabrera Pérez-Camacho me crea a mí tanto como dice que cree a Soria.