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domingo, 28 de abril de 2024 07:40h.

Palestina y Sáhara Occidental, las dos caras del Gobierno de Sánchez en política exterior -  por Miguel Muñoz

 

FR MM

Palestina y Sáhara Occidental, las dos caras del Gobierno de Sánchez en política exterior

Miguel Muñoz

PÚBLICO

El presidente del Gobierno recibe alabanzas de los países árabes por su posicionamiento sobre Palestina. Desde Sumar o el Frente Polisario le han reclamado coherencia para tener una postura de apoyo a la causa saharaui igual que a la palestina. 

 

Más allá de la guerra de Ucrania, hay dos asuntos clave que han marcado en política internacional al Gobierno de Pedro Sánchez. Por un lado, las relaciones con Marruecos y el conflicto del Sáhara Occidental. Por otro, las relaciones con Israel y Palestina y el conflicto en Oriente Medio. Dos asuntos con ciertas semejanzas pero que han sido abordados de manera muy diferente. 

La cuestión saharaui y la relación con el país marroquí ha sido una de las piedras en el zapato de Sánchez desde que entró en Moncloa. Las relaciones se llegaron a romper durante meses por la posición histórica de España respecto al Sáhara Occidental y la acogida en nuestro país del secretario general del Frente Polisario, Brahim Gali.

Marruecos ejerció una presión migratoria casi sin precedentes, especialmente en Ceuta. Sánchez fue tajante con sus palabras. "Es inaceptable que se ataquen las fronteras de España por desavenencias en política exterior", dijo en mayo de 2021. La crisis diplomática se agravó.

Pero todo cambió poco después. El presidente del Gobierno cesó a la entonces ministra de Exteriores, Arancha González Laya. Su sustituto fue José Manuel Albares y la principal tarea que le encomendó Sánchez era solucionar el problema con Marruecos. Todo pasaba por el Sáhara Occidental.

En marzo de 2022 la Casa Real de Mohamed VI daba a conocer una carta en la que Sánchez viraba la postura de España y consideraba la autonomía que propone Marruecos para el territorio saharaui como la opción más "realista, seria y creíble" para solucionar el conflicto. Se rompía así la llamada "neutralidad activa" y el equilibrio mantenido también con Argelia, país clave en el conflicto.

La incomodidad del Gobierno y del PSOE durante aquellos primeros días era patente. De hecho se intentó negar que fuera un cambio y se llegó a afirmar que Argelia, que luego rompió relaciones, estaba informada de la carta. La decisión no sentó bien en las bases del PSOE y algunas de ellas se movilizaron. Y la práctica totalidad del arco parlamentario lo rechazó.

 

Albares y Sánchez se afanaron en explicar que toda solución debe de darse en el marco de la ONU y con la aceptación de las dos partes. Pero España ya había mostrado su preferencia por la solución que propone Marruecos y no por la opción que propone el Polisario, un referéndum de autodeterminación. 

Dos pueblos ocupados y los ocupantes hermanados

Tanto los saharauis como los palestinos viven bajo una ocupación ilegal como reconoce el Derecho Internacional. El Frente Polisario apoya de forma activa a la causa palestina. Y en este contexto no ve con malos ojos la posición actual de Sánchez sobre Oriente Medio. 

"Desde el pueblo saharaui aplaudimos la postura del Gobierno de España en cuanto a lo que padecen nuestros hermanos y hermanas palestinos en Gaza, pero también nos preocupa la incoherencia de exigir eso y a la vez ignorarlo en el Sáhara Occidental", declaró hace unos días el delegado del Polisario en España, Abdullah Arabi

 

Desde Sumar la posición se ha expresado en unos términos parecidos. "No es coherente por parte del presidente del Gobierno denunciar la ocupación ilegal de Israel, las prácticas que está aplicando y no denunciar lo mismo con Marruecos. Es el mismo caso, un caso de ocupación", denunció la diputada saharaui Tesh Sidi. 

Y es que la gestión del conflicto en Oriente Medio ha sido diferente. De hecho, Sánchez ha sido bien valorado en los países árabes por su denuncia ante Benjamin Netanyahu y la petición de reconocer al Estado palestino.

Es algo que el propio Sánchez puso en valor durante su comparecencia en el Congreso del 20 de diciembre frente a las críticas de partidos como Podemos, que le exigen más contundencia. "Si uno habla con los países árabes, el planteamiento es de reconocimiento, se reconfortan de ver que hay países en occidente con voz determinada y posición clara", dijo. 

 

ánchez ha tratado de llevar la iniciativa en la UE para tener un posicionamiento común menos tibio que el que tienen otros socios europeos. Además ha apostado por la celebración de una Conferencia Internacional de Paz una vez se consolide un alto al fuego que todavía no llega. Del mismo modo, el presidente quiere abordar el reconocimiento de Palestina como Estado incluso si ningún otro país europeo se anima. 

Tanto esto último, anunciado por primera vez desde el paso de Rafah en Egipto, como la denuncia de los bombardeos sobre víctimas civiles por parte de Israel, ha desatado también una crisis diplomática con el país hebreo. La más grave que ha tenido España, puesto que Israel llegó a retirar a su embajadora. Pese a ello, Sánchez defiende que hay que tener las mejores relaciones entre ambos países y descarta romperlas. 

Es evidente que la relación con Marruecos no es igual que con Israel, no hay tantos intereses comunes y la vecindad del reino alauita ha determinado los movimientos de Sánchez. Albares, en su reciente viaje a Marruecos, afirmó con rotundidad que la relación bilateral era la máxima prioridad en política exterior de España. 

na de las cosas llamativas de este asunto es precisamente la relación que mantienen Israel y Marruecos desde hace casi tres años. El expresidente de EEUU, Donald Trump, decidió reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara a cambio de que Marruecos restablecería relaciones con Israel. La sociedad marroquí, como la inmensa mayoría de países árabes, es pro palestina. 

Las consecuencias de ambos posicionamientos son ahora diametralmente opuestas. Respecto a Marruecos, la relación está ahora fortalecida pero rota con el Frente Polisario, representante legítimo del pueblo saharaui ante la ONU. También ha habido una grave crisis con Argelia, aunque en los últimos meses se ha ido suavizando con la vuelta de su embajador a nuestro país.

En cambio, en Oriente Medio la situación es a la inversa. Hay más tensiones con Israel y un acercamiento a la Autoridad Nacional Palestina, a la que Sánchez apoya de forma clara y pide a la UE que también lo haga. 

 

* Gracias a Miguel Muñoz y PÚBLICO

https://www.publico.es/politica/palestina-sahara-occidental-caras-gobierno-sanchez-politica-exterior.html

MIGUEL MUÑOZ
MIGUEL MUÑOZ

 

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