Los del PP mienten, pero saben que el cielo les está esperando
La explicación a esta paradoja es clara. Se trata del síndrome del fanático religioso: Como yo soy muy buena gente, porque pienso lo que pienso y amo a mi dios, todo lo que hago está justificado. Y, encima, la superstición cristiana se inventó la satisfactoria treta de la confesión, precursor del psiconálisis: le largas tu culpas a otra persona, en las debidas condiciones de misticismo y privacidad, y largas tus culpas y te exoneran de responsabilidades.
Es que esta religión que se han inventado es de lo más conveniente.
Lean el texto de Tortosa: