Rajoy en el Congreso: todo el mundo se sabe su papel
Rajoy, intentando penosamente escurrir el bulto, enredándose en cuestiones formales, negando la evidencia y, como no, apelando a supuestas mejoras en la economía, que solamente él, Rajoy y algunos de su partido ven. Mejor dicho, que sostienen que ven, aunque saben que la mejora solamente reza para las clases privilegiadas.
Por su parte, Rubalcaba se refocila restregándole e Rajoy por las barbas los muchos hechos y argumentos que fortalecen la sospecha -fundada sospecha- de que el Partido llamado popular se ha financiado de manera irregular, en ingentes cantidades de dinero, que le ha permitido funcionar fastuosamente, pagara opíparamente (e ilegalmente) a su dirigencia y, lo más grave de todo, ganar elecciones, por disponer de los recursos que sostienen aparatos de comunicación mendaz.
Pero lo que está pasando, cuando escribo, en el Congreso es muy importante. Porque demuestra que los partidos siguen aferrados a las maneras, a la cortesía parlamentaria,mientras la mayoría de la población sufre, en lugar de disfrutar, las llamadas mejoras de la economía. Esa mayoría de la población está entrando en el conocimiento del grado de podredumbre a que ha llegado la política en general, y el Partido llamado popular, en particular.