Rubalcaba no se entera de que con la derecha no hay acuerdo posible sobre la crisis. Ni sobre la crisis, ni sobre nada
Parece que Rubalcaba no asume que esta crisis no es una crisis, sino una depresión inducida por los poderosos, para recuperar sus privilegios. Que las medidas impuestas por la Comisión Europea, en contubernio con las grandes fortunas mundiales, no buscan solucionar las dificultades económicas, sino crearlas y potenciarlas. Rubalcaba, pretendido socialista (de obrero, ni hablo) no quiere enterarse de que toda la estrategia europea de la que el partido nada popular es claro, necesario y entusiasta colaborador, tiene como objetivo directo el aniquilamiento de todos los sistemas públicos, la eliminación del gasto social y de la inversión pública.
Rubalcaba hace como si creyera (él sabe muy bien lo que pasa, pero disimula) estar todavía en otros tiempos. Como si no supiera que para el capital y los partidos que apoyan al capital, no existe más patria que los paraísos fiscales donde acumulan el dinero. Rubalcaba hace como si se creyera sus propias patrañas de "entenderse, en beneficio de España". Rubalcaba, en fin, mira para los celajes, con su carita de ingenuo, como si no supiera que con la derecha no hay acuerdo posible en materia económica. Porque la derecha es el enemigo, en esta lucha de clases en la que estamos, aunque Rubalcaba y sus acólitos de la dirección psociata finjan no percatarse. Es una cuestión de principio.
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