El flamante representante del gobierno del genuflexo Clavijo en el Consejo General de Ciudadanía Española en el Exterior, fue trincado distraído, jugando un  solitario. Rodríguez Zaragoza se justifica diciendo que "era al final de la sesión" y que él "ya había hecho sus intervenciones". Olvida el simplón que su cargo es a tiempo completo y que él está ahí tanto para escuchar como para intervenir. Se ha tratado de  minusvalorar el asunto, pero hay que recordar que, para nuestro pueblo canario, la suerte de sus hijas e hijos diseminados "por esos mares pa´fuera" es cosa de la máxima importancia. Claro que, como dibuja con tino el genial Padylla en LA OPINIÓN y LA PROVINCIA, todo esto no es nada. Para solitarios desaprensivos, el que juega el genuflexo Clavijo en su espúreo gobierno.