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martes, 16 de abril de 2024 21:30h.

Azaña y la Universidad (1911)

 

el joven manuel azaña

Coincidiendo con la apertura de curso en la Universidad Canaria, me manda Federico Aguilera Klink este pasaje en pdf del texto "La construcción de un estado democrático", en el que Manuel Azaña trataba, en 1911, las agresiones que recibía la Universidad pública, "por parte de quienes  pretenden el descrédito de la Universidad, en favor de establecimientos parásitos". Yo, Chema Tante, creo que el acoso y derribo a la enseñanza pública, tanto superior, como en los restantes escalones, sigue estando en pleno desarrollo. Un ataque en toda regla que, como sucede en el ámbito de la salud, solamente resisten los sistemas públicos por el esfuerzo de sus profesionales.

A la inquina del neoliberalismo, emperretado en que solamente estudien (como que se curen, por cierto) quienes tienen recursos para hacerlo y reservar así ese beneficio a la gente rica, se une la voluntad de evitar que las masas populares accedan a la formación superior. ¿Qué es eso de que haya juristas que defiendan a la gente pobre; o economistas de izquierda?. Y, en lo que respecta a la Universidad Canaria, además, se añade la absoluta ceguera de quienes, desde la política, han gestionado la enseñanza. Escucho, por ejemplo, a Sergio Alonso, director del Servicio Canario de Empleo, alegar que "ellos sabían desde hace seis años el problema de la ocupación de gente titulada universitaria en puestos por debajo de su calificación". No te fastidia. Estando la inefable Milagros Luis Brito en Educación (no ha llovido desde entonces, pero por la sequía), ya la interfecta se privaba por el desembarco de una universidad privada (no es redundancia) en La Orotava, en tanto que mantenía el desmantelamiento de la Formación Profesional. En estas islas se ha potenciado la atracción pazguata por la titulación superior, al tiempo que se ha olvidado la función primordial de la Universidad Canaria, que es fomentar el conocimiento desde la realidad canaria y formar las y los profesionales necesarios para aplicar tal conocimiento. Como se han limitado a repartir títulos sin freno, a todo y toda quisqui capaz de memorizar una serie de textos, sin mayor preocupación por lo que asimilan, el resultado ha sido eso de tener a gente licenciada en Historia o Biología Marina, por citar dos ejemplos, en las barras y en las cajas o en el mango de la fregona. Claro, luego viene el Magnífico Martinón a negar que la Universidad Canaria es una fábrica de paro. 

 

Texto de Azaña en pdf

manuel azaña