Buscar
domingo, 19 de mayo de 2024 08:47h.

Farsa real - por Antonio Morales

El alcalde Agüimes analiza el mensaje de Juan Carlos de Borbón en CANARIAS AHORA y SAN BORONDÓN. 
Antonio Morales
Antonio Morales

Entre la montaña abrumadora de análisis y comentarios hechos sobre el mensaje de navidad de Borbón, destaca sin duda este que Antonio Morales titula certeramente como "Farsa real". Porque en verdad que fue una real farsa lo que nos endilgó el que es jefe del estado por decreto del dictador y por el conformismo de los "padres de la patria" del 78.

Sistemáticamente, Antonio va disecando las falacias vertidas por Juan Carlos en un texto que pasará a la historia del cinismo. Un descaro del que es paradigma esa afirmación insultante de que "todas las personas son iguales ante la ley", proferida precisamente por la persona que no lo es, constitucionalmente: Y que, por ejemplo, es padre de otra persona a la que todo indica que la ley no tocará ni de pasada, a pesar de estar orgánicamente implicada y directamente beneficiada en los oscuros negocios de su marido. Porque Cristina de Borbón ocupaba un puesto en el consejo directivo de esa entidad sin fines de lucro pero que parece que tenía como principio el lucro de sus integrantes. Y Cristina de Borbón habitó en ese humilde chalet de los nosecuanto millones que nadie se explica cómo fue pagado. Ni siquiera con los ya de por sí fastuosos ingresos de la pareja hoy residente en USA porque la persona no igual ante la ley, dicen que les aconsejó poner tierra por medio.

Y, volviendo al texto de Morales, debo decir que a la claridad con que analiza aspectos del mensaje borbónico que todo el mundo ha manejado, añade oro elemento que a muchos se nos había escapado: el insulto implícito a la pluralidad de posiciones políticas, el desprecio palmario a las minorías, aceptadas y formalmente protegidas por la Constitución, pero que el jefe del estado sobrevenido ignora, hablando de la alternancia y sustituyendo -obligado, claro, por las circunstancias- la foto de familia real por otra de familia de conveniencias, integrada por él, Borbón, con los jefes de los partidos saliente y entrante en el gobierno.

En efecto, a muchos -a mí, por lo menos- se nos había escapado tal tremendo desaire a quienes no somos ni peperos ni psocialistas. Un desdén inaceptable en la persona constitucionalmente irresponsable, pero que tiene la obligación de ser el primero en respetar a la misma constitución a que debe, además de al dictador, su cargo.

 

http://www.sanborondon.info/content/view/40041/34/

http://www.canariasahora.es/opinion/7666/