La Iglesia anula como docente a una profesora por estar separada y recurrir a la fecundación 'in vitro' Comenta Antonio Aguado
La Iglesia católica se apropia del concepto de religión en la escuela pública
Enseñanza privada-concertada, seguimos igual o peor, escribe Antonio Aguado al señalar y comentar esta información de Laura Cornejo aparecida en EL DIARIO sobre una manifestación más del espíritu de intolerancia y misoginia que impregna el fondo y las formas de esa asociación privada llamada Iglesia Católica que se ha apropiado del concepto de moral y de los sentimientos religiosos y que sigue inmiscuyéndose en la educación pública. Lo que hace el mitrado Ricardo Blázquez es una intromisión inaceptable en la escuela pública, por más que este estado de derecha español lo permita.
El arzobispo y presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, retira el certificado de idoneidad que le permitía dar religión en un colegio público por no haber "reconducido su forma pública de vida"
Escribe Antonio Aguado:
Enseñanza privada-concertada, seguimos igual o peor
La Iglesia formaba (y forma) parte del franquismo, que le otorgó muchos (demasiados) privilegios, entre otros que se hiciera cargo de la educación y que la impartiera a su imagen y semejanza. Lo malo es que en ésta Sociedad que se dice democrática, continua con esos privilegios impartiendo la educación privada y lo más grave la privada-concertada, que pagamos todos con nuestros impuestos, pero que a la misma debido a sus filtros no pueden acceder niños de familias humildes, inmigrantes y/o disminuidos.
El tiempo pone a cada cual en su sitio, como le ha pasado a Felipe Gonzalez con su mutación de socialdemócrata a gran burgués. Por eso no fue extraño que de haber reivindicado públicamente en su mitin de cierre de campaña en las elecciones de junio de 1977, celebrado en el Estadio Insular en Gran Canaria, cuando pronuncio la frase…. ¡quien quiera enseñanza privada, que la pague!, el publico todo en pie le aplaudiera con mucho entusiasmo.
Sin embargo al llegar como presidente de gobierno a la Moncloa después de las elecciones de octubre de 1982, de lo primero que hizo y contraviniendo la reivindicación y promesa hecha a los ciudadanos, fue acordar con la retrograda Conferencia Episcopal, la enseñanza privada-concertada y que en gran medida se ofertara, canalizara e hiciera cargo la Iglesia. La enseñanza exclusivamente privada es potestad de las familias que la sostienen para que sus hijos accedan a la misma y en ese sentido se debe respetar y aceptar, pero no así la privada-concertada, costeada a través del erario público mediante los presupuestos del Estado.
Pero es inexplicable e intolerable, que la religión también se siga impartiendo en los centros educativos públicos y que los profesores en esa materia, sean contratados y despedidos por los obispos y con arreglo a sus propios criterios, por supuesto muy conservadores y reaccionarios. Los gobiernos autónomos teniendo transferidas las competencias educativas, tienen la responsabilidad de remunerar o pagar sus sueldos a los docentes, pero se ven impotentes para hacerle frente a éste tipo de injustas situaciones.
En un Estado que se dice aconfesional, la religión debe ser compartida y profesada libremente en el seno familiar e impartida o practicada en los correspondientes templos, nunca en lugares o espacios públicos.
Salud(os). Antonio Aguado
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