Recomendado por Federico Aguilera Klink

Amy Goodman y Denis Moynihan en ALAI y DEMOCRACY NOW! vuelven a llamar la atención hacua lo que yo, Chema Tante, considero una de las tantas estupideces a que la codicia neoliberal lleva a cometer a empresas y gobiernos, y que pagamos la gente de a pie. La cicatería roñosa con las vacunas, para cumplir con el mandato de Friedman de obtener beneficio, como sea y costa de lo que sea. Otra vez, el neoliberalismo nos está matando. Lo señala Francisco Morote, de Attac Canarias, que también crea el antetítulo de este post

 Yurany Arciniegas en FRANCE 24 informa sobre la denunca que hace "HUMAN RIGHTS WATCH" de algo sobradamente conocido pero que ahora, además, se demuestra documentalmente. El gobierno del estado de Israel -que no el pueblo judío- maltrata a ls poblaciones de los territorios que ocupa. Lo mismo que hacía el gobierno nazi -que no el pueblo alemán- hace ahora menos de noventa años. Y hay que destacar que a esta denuncvia de HRW se suman varias organizaciones israelíes de derechos humanos. Señala la información Francisco Morote, de Attac Canarias

Maciek Wisniewski en el mexicano LA JORNADA dedica dos artículos para, en una serie de diez puntos, describir la supina miseria del gobierno del estado de Israel -no el pueblo judío, para que no entren en cuestiones de antisemitismo- que se revela, otra vez, con la cuestión de las vacunas. La bestia parda de Netanyahu y su horda, ha comprado vacuna a pasto, pagando el doble de su precio de mercado, desabasteciendo a otros estados -otro día, hablamos de ética de las empresas y de los gobiernos-   y ha vacunado a toda la población israelí, pero no a la de los territorios que ocupa. A pesar de que la La Cuarta Convención de Ginebra (artículo 56) estipula la responsabilidad del ocupante por salud e higiene de la población ocupada Lo recomienda Francisco Morote, de Attac Canarias

Alejandro Nadal en el mexicano LA JORNADA, el guatemalteco PUBLICOGT y en LA HAINE este artículo que recomienda Francisco Morote, de Attac Canarias y que agrega otro punto de frialdad en el alma. Las tribulaciones del pueblo sudafricano no se terminaron con la desaparición del apartheid, sino que se han prolongado, porque el nuevo sistema se ha echado en los brazos malvados del neoliberalismo. Claro que la población blanca no se ha visto afectada, porque estaba toda en la parte de arriba y claro también que en estos tiempos también algunas personas negras más (antes también la había privilegiada) se han podido subir al carro de la opulencia. Pero la inmensa mayoría del pueblo sudafricano sigue chingado, porque la desigualdad y la opresión de las más de las personas por unas pocas, se ha mantenido. Sudáfrica, maldita la gracia, ha cambiado el apartheid por el neoliberalismo. Y el neoliberalismo mata. Y que nadie me diga que exagero cuando digo que tanto o más que el apartheid.