Kenny Estancil en COMMON DREAMS muestra su comprensible horror por otra de las acciones de acoso de Israel al pueblo palestino. Nada menos que en un entierro, el de Shireen Abu Akleh, que fue asesinada, sí asesinada, por soldados isrtaelíes. Lo señala Federico Aguilera Klink
Jonathan Cook en THE UNZ REVIEW y en su página personal trata de lo que Federico Aguilera Klink, que señala el artículo, y yo, Chema Tante, consideramos el problema de base de la mayoría de las desgracias que atribulan a la Humanidad. La sujeción de los gobiernos, parlamentos y justicias del mundo a un poder oscuro, el poder del dinero, que nos somete sin freno al chantaje del consumismo y de la misma vida. Estos días lo estamos viendo, con la comedia dramática en Glasgow con unos gobiernos acordando medidas que saben que sus años les impedirán tomar. En el estado español, con la monumental bajeza de unos partidos votando lo que el dinero manda a sus respectivos partidos que voten. Con la sujeción de un gobierno llamado progresista a los mandatos de la patronal empresarial. Acá, en Canarias, con la condena de todo un pueblo al desastre, porque el dinero ha decidido que seamos el patio de recreo, borracheras y escarceos sexuales de la gente europea. Y contra esto, no hay más que un camino. La lucha en la calle, la protesta y el voto a partidos que garanticen la rebeldia.
Aborda Raúl Vega aborda en TAMAIMOS un fuerte problema que acosa a la sociedad canaria. Un problema que esperemos que el flamante ministro de Consumo pueda atajar. Pero que hay que cotar de raíz en lo que respecta a la gente joven. Las apuestas. Y yo, Chema Tante, recuerdo que, a la proliferación de casas de juego que pesa sobre nuestras capas más desfavorecidas, hay que unir todas esas tragaperras que pueden verse en una tremenda cantidad de bares.
El personal responsable de ONU en Gaza insisten en que informan continuamente al ejercito de Israel de las coordenadas de localización de sus instalaciones en la zona. Sin embargo, los ataques se mantienen, de manera indiscriminada, en todo el territorio. Pase lo que pase, los genocidas israelíes insisten en su pretendido derecho a la defensa. Y los gobiernos "democráticos", contra la opinión y la voluntad de sus respectivos pueblos, mantienen su complicidad con el asesinato colectivo israelí.
Para quienes estamos al tanto de la política insular, esta pregunta puede resultar retórica, y casi innecesaria