Lo dice muy claro Rosa María Artal en este artículo en EL DIARIO. Aunque la horda tricolor PpPsoEC's y los coros fanático e ingenuo siguen aullando las críticas contra el soberanismo catalán, lo cierto es que la asonada popular ha puesto en evidencia todas las miserias morales y las carencias democráticas de este estado de derecha. El ardor guerrero imperial español y la justicia como venganza, los del "a por ellos" nos demuestran que, pese a la cacareada transición, poco o nada ha cambiado en este estado.

AMEC “condena la manipulación mediática con la que se pretende desvirtuar una lucha estudiantil ejemplar”

Es por ello que el origen de la deriva independentista del PDeCAT (la antigua Convergencia) está precisamente en el uso partidista que hizo el PP del Tribunal Constitucional para tumbar el Estatuto del año 2006. Si se hubiera llegado a un acuerdo fiscal, Cataluña no estaría planteando en la actualidad la independencia.

Vicenç Navarro, en artículo que señala en PÚBLICO Antonio Aguado, hace un detallado relato de lo que ha sido la historia reciente del Procés, de sus consecuencias y de los errores que han hecho posibles tales efectos. En líneas generales, el profesor Navvaro insiste en su tesis de que las clases trabajadoras no simpatizan con el proyecto independentista y que esto supondrá, no solamente el fracaso del intento, sino que el Pp aprovechará para talar todos los derechos de Cataluña, anulando la autonomía. Puede ser que Navarro tenga razón pero yo, Chema Tante, creo que si el hostigamiento de Cataluña por parte del centralismo imperial español se mantiene, ello acrecentará la exasperación popular que apareció con la represión policial del uno de octubre. De manera que posiblemente, el Procés fracase a corto plazo, pero a medio, más pronto de lo que se supone, la República Catalana será un hecho. Porque la fuerza del levantamiento popular es muy difícil de allanar. Navarro dice, no sin razón, que hubiera sido preferible otra alternativa, la colaboración con las izquierdas del resto del estado para camniar este sistema oprobioso. Sin embargo, la desunión endémica de la izquierda confiere carácter de largo plazo a ese proyecto. Y está visto que el pueblo catalán está perdiendo la paciencia. 

 Entrevista a Arcadi Oliveres en Radio San Borondón

Espléndido artículo de Juan García Luján en TAMAIMOS sobre el vergonzante papel que está jugando el nacionalismo oficial canario, precisamente a los ciento cincuenta años de Secundino Delgado, en relación con el levantamiento popular soberanista catalán. Y conste que digo el nacionalismo oficial, porque los heroicos partidos que mantienen en alto la bandera del soberanismo sí se han definido en favor del Procés. Dice Juan que con la lectura de las declaraciones estatutarias de CC y de NC cabría esperar de ambos partidos un apoyo a las reivindicaciones catalanas, pero al realidad es contraria. Al punto de que la propia Ana Oramas larga en los medios de manera absolutamente impropia de quien se declara nacionalista. Y remata el valsequillero su texto con la acusación a CC por el mantenimiento del honor al opresor Weyler.

Manel Pérez escribe en LA VANGUARDIA sobre esta farsa cínica que ha montado la estupidez ppera para intentar amedrentar a una gente que soportó estoicamente que la policía le partiera la cara. La horda ppera se ha creído la trola del materialismo catalá, aquello de "la pela es la pela", y no se entera de que esta revolución popular se basa en el sentimiento, no en el dinero. Y, encima, se trata, como digo yo, Chema Tante, esto del éxodo es una falacia, porque ni el Sabadell ni La Caixa cierran las cuentas de sus clientes, ni ninguna otra empresa dejará de prestar sus servicios en Cataluña, ni Codroniu o Freixenet producirán sus cavas en otra parte. No. No será por ahí por donde el soberanismo catalán abandonará sus planes. Por muchas mentiras que largue el fascismo español. Y, como recuerda Manel, también hay empresas -las catalanas de veras- que apoyan el soberanismo.

  La situación de ascendente crispación social en Cataluña y de la que es directa responsable la autoritaria y violenta reacción del Partido Popular para impedir el legítimo derecho a decidir de la población catalana, obliga a la representación parlamentaria española (con o sin el actual gobierno) a establecer con carácter de urgencia una mesa de diálogo con el Gobierno y el Parlamento catalán con el objetivo de encausar sus demandas, incluida la de establecer el tipo de vínculo futuro entre Cataluña y el estado español.

El colectivo canario deja claro que no nació para “mantener actitudes equidistantes ni para mirar para otro lado, mientras la represión se ceba con la dignidad de todo un pueblo”.