Juan García Luján recuerda, desde su SOMOS NADIE, a Manolo Vieira, que se acaba de mandar a mudar. dejándonos con suestra tristeza.

Importante punto de reflexión que levanta este editorial de TAMAIMOS, que tiene repercusiones más allá de lo emocional o lo anecdótico, porque entra en lo económico y lo estratégico: el rechazo social en Canarias a una realidad inevitable: la africanidad de Canarias. Con  ese rechazo visceral inexplicable, Canarias la da la espalda a su continente, se coloca en una posiión de fragilidad y desaprovecha las espléndidas oportunidades que le otorgan su localización y sus condiciones culturales. Nos emperretamos en aferrarnos a la guagua de Europa, en dónde estamos en la cola, cuando no a remolque; y nos negamos a asumir el lugar protagónico que nos corresponde en África, continente del que Canarias puede ser motor y referente comercial, universitario, sanitario y cultural. Podríamos ser la puerta de entrada en África, la universidad, el centro de especialidades médicas, en definitva, el núcleo africano. Pero preferimos mantenernos en la periferia de Europa, como país de tercera categoría.

La perdida de representatividad en los foros políticos del Estado, consecuencia directa de la desaparición hace años del grupo parlamentario de Coalición Canaria en Madrid, así como los resultados a la baja de todo el nacionalismo canario en las últimas elecciones de Mayo debe forzosamente llevarnos a la conclusión que una refundación del nacionalismo en nuestra tierra es perentoria y necesaria.

Dejar la reivindicación de la soberanía del Estado Español, sobre este territorio al franquismo y la derecha puede ser un insulto al presidente de la primera República Pi i Margall o al de la segunda Manuel Azaña, que llegó incluso a encargar la redacción de un plan de conquista militar de la colonia británica.