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jueves, 25 de abril de 2024 09:27h.
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Sociedad

El Consistorio de Marinaleda rechaza la sentencia del 'procés' y dice que Marchena "debería estar en la cárcel" EUROPA PRESS - EL DIARIO ANDALUCÍA

 

FRASE MARINALEDA

Muchas voces se han alzado contra una sentenci del Supremo, la del Procés, denunciando su injusticia y absoluta parcialidad y rencor. Pero pocas, desde  el ámbito institucional, lo han hecho con la claridad y contundencia del Ayuntamiento de Marinaleda. Y eso hay que resaltarlo y aplaudirlo, porque hay que decirle a Marchena que él sabe que lo que sentenció es injusto. La gallardía acostumbrada en la gente trabajadora de Andalucía vuelve a manifestarse. Y no puede dejar de recordarse los íntimos lazos que unen a la gente andaluza con Cataluña, cuyo pueblo acogió a las trabajadoras y los trabajadores que se buscaban allá la vida.

 

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La juez insta de nuevo al consistorio a derribar la totalidad del "mamotreto"

Me gustaría a mí escuchar la llamada de Bermúdez, a su jefe Antonio Plasencia, el verdadero alcalde de facto, o al menos, el que manda, en Santa Cruz de Tenerife.  ¿Qué hago?, le habrá dicho el asalariado Bermúdez. Y el otro le habrá respondido, "Resiste, Bermúdez". "Es que me entalegan", respondería el servil alcalde de derecho, a lo que su amo y señor le gritaría: "A mí me lo vas a contar", Je, je, je.  Feo asunto. éste. Plasencia se va a quedar sin el chollo del aparcamiento en Las Teresitas. Y estará caliente. Bastante que me alegro.

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La juez acusa al Consistorio de Santa Cruz de Tenerife de plegarse a los intereses de Inversiones Las Teresitas

Estos tres no fueron los únicos

Consistorio de Santa Cruz de Tenerife, es decir, Miguel Zerolo, Manuel Parejo, Emilio Fresco, Julio Pérez, Florentino Guzmán, Inversiones Las Teresitas, es decir, Antonio Plasencia, Ignacio González e hijos... y todos los golfos y golfas que cuelgan. La lectura del reportaje de Eloísa Reverón en LA OPINIÓN sobre el auto del celebérrimo tristemente caso de Las Teresitas, no aporta nada nuevo sobre este asunto que ahora va por fin a enjuiciarse. Pero reaviva la fuerte ira.Ira, recordanado la manera en que unos vulgares rateros se coaligaron, asociando la política con los intereses particulares, para lucrarse de una manera deaforada.