Federico Aguilera Klink recomienda este artículo de Alfredo Jalife Rahme en OBSERVATORIO DE LA CRISIS sobre la Cumbre de la SCO Organización de Coooperación de Sanghai- aunque Jalife Rahme la llama de otra manera. y de cómo la Declaración de Samarcanda marca un hito para la transición a la era de emancipación auténtica de los pueblos saqueados durante siglos por el colonialismo. Y yo, Chema Tante digo que La casa de mi tía tiene la satisfacción de ser uno de los pocos medios -si no el único- que está difundiendo este acontecimiento que tuvo lugar en Samarcanda. Porque los gobiernos y los medios de "Occidente" siguen en su empeño equivocado de que la cultura europea ocupa el centro del universo, ignorando la existencia de todos los demás pueblos, todas las demás culturas. La multipolaridad es una realidad. 

Federico Aguilera Klink recomienda esta información de KATHEON, sobre la declaración adoptada en la Cumbre de la OCS. Pocos, muy pocos medios informamos en el estado español sobre lo que está pasando en el  mundo, más allá de las fronteras del Imperio. Como en el imperio romano, los bárbaros están ahí, aunque los patricios se nieguen a verlo.

Unos razonamientos de Pavan Kulkarni en PEOPLES DISPATCH y SCHEERPOST, sobre las circunstancias del asesinato de decenas  y maltrato de centenares de migrantes indefensos en Melilla, que a mí, Chema Tante me lucen muy lúcidos y sólidos. Cuadran perfectamente con el talante y sofisticadas maldades de Sánchez, de Albares y de Mohamed VI, un trío de cómplices en el asunto. El texto de Kulkarni contiene reveladoras declaraciones del director  de AMNISTÍA INTERNACIONAL en el estado español. Lo señala Federico Aguilera Klink

Francisco Morote, de Attac Canarias, destaca estos dos textos, uno, de  Susana Albarrán Méndez, Elisa González, en EL SALTO y el otro, uno suyo en La casa de mi tía, de febrero pasado. Lo único que yo, Chema Tante, puedo decir, es que La casa de mi tía y sus puntales llevan mucho tiempo advirtiendo de la catástrofe que ya se está produciendo, por culpa de la ceguera de unos gobernantes incapaces de solucionar los problemas en paz.