Tras las pasadas elecciones de mayo, CC y PSOE han dado continuidad a los denominados pactos en cascada de la anterior legislatura, pese a los graves problemas que se produjeron entonces; recuérdense las situaciones vividas en Tenerife, La Palma y El Hierro, con expedientes de expulsión incluidos. El denominado Pacto por el crecimiento y el progreso social y económico de Canarias se ha convertido en el pacto de la desconfianza y la parálisis.

Ya casi no queda más que eso: gestionar la desconfianza de un país hacia sus partidos mayoritarios y muchas de sus instituciones más representativas.

Reportaje de Íñigo de Barrón en EL PAÍS