Las Kellys de Lanzarote se rebelan

Marta Garijo y Ana Requena Aguilar, en este singular reportaje de EL DIARIO que recomienda Antonio Aguado, se refieren al contexto económico y social de todo el estado, pero no hay duda de que el asunto es especialmente aplicable al caso canario. Porque en Canarias tenemos la triste desgracia de ser líderes en afluencia turística y en paro y miseria. Por mucho que el alegantín Marichal vocifere por los medios que tanto le deben, la verdad evidente es que el pingüe beneficio de las empresas turísticas canarias se sostiene sobre la explotación laboral de trabajadoras y trabajadores. N o hay más que hacer el cuento de la vieja. La elefantiásica sobreoferta alojativa turística, obliga, para conseguir esa fabulosa ocupación, a tirar los precios, de manera que solamente queda margen para la rentabilidad por la vía de mantener sus plantillas bajo mínimos, en cantidad y en retribución. Marichal, de ASHOTEL, dice que eso no es verdad, porque nadie denuncia. Y yo le digo dos razones de que no haya denuncias: que el abuso laboral es muy complicado de demostrar, y que el pánico de la gente al paro y la consecuente indigencia, impide rezongar nada.