Vicenç Navarro une a su conocimiento profundo de las circunstancias políticas en USA su claridad expositiva. Y en este artículo en PÚBLICO muestra en dónde radica la ausencia de democracia en el país que se las echa de campeón de la democracia. Es mentira, añado yo, Chema Tante, uniéndome con toda humildad a las tesis de Navarro. No hay democracia en USA, como no la hay en el reino que Felipe VI heredó de Franco. Es la misma historia. Se implanta un sistema electoral injusto y se convierte ese sistema electoral en perpetuo, porque solamente se puede modificar con los votos de quienes se eligió de manera injusta. Círculo vicio, le llaman
Denis Lukyanov con este artículo en SPUTNIK aclara muchos detalle de la oscura situación en El Salvador, donde el presidente Bukele, caliente porque el parlamento se negaba a aprobar una ley que supone un crédito del BCIE, porque no se especificaban las condiciones de ese crédito. Siempre la misma historia. Los gobiernos empeñados en contraer deudas para lo que sea. No importan para qué, lo que de verdad interesa es lo que se descuelga de esos créditos. Porque el parlamento salvadoreño no rechaza los planes de Bukele para terminar con la violencia en su territorio. Pero no puede aceptar que Bukele pretenda que el fin justifica los medios y se aprueben créditos oscuros.
El economista venezolano señala este revelador texto de MISIÓN VERDAD sobre el fenómeno de los "bodegones" en Venezuela, financiados con las remesas del exterior, todo lo cuál está colaborando decisivamente con los planes de desestabilización y desprestigio urdidos por la Administración Trump de USA
Manolo Marrero señala en DIARIO 16 este valioso artículo de Bea Talegón que describe con claridad los entresijos de la insidia presente en las alturas de un partido glorioso. El partido español al que esas alturas han despojado de sus nobles siglas de Socialista y Obrero. Yo, Chema Tante, insisto. deseamos y hay que apoyar el pacto de Sánchez con Iglesias, pero dentro del PsoE y, por supuesto, en el Pp, bajo la égida proterva de la banca botinera, se urden tramas para descarrilar el pacto y llegar a su sueño dorado -en la plena acepción del término- de la Gran Coalición. El camino para conducir al estado español al más profundo túnel neoliberal. Lo tienen todo pensado. La culpa será del indepoendentismo y del bolivarianismo. Los beneficiarios, los sinvergüenzas con bandera
El coherente veterano militante socialista Antonio Aguado señala en PÚBLICO este clarito texto de Juan Carlos Escudier que recuerda a quienes se indignan por la nueva trastada Ppera, en boca de su ínclita secretaria de comunicación, que eso es lo que ese partido hace siempre. No es ahora Martínez Castro como no lo fueran Hernando o Fabra hija quienes ofenden a pensionistas, personas en paro o pobres en general. Es el partido llamado popular en su conjunto. Y, a fin de cuentas, la responsabilidad es nuestra, por permtirlo.
El sorroballo armado entre neoespañolistas de reciente aparición, coloniaje español, personas canarias que no se enteran, nacionalistas de cartera y calculadora y, en fin, independentistas fanáticos maniqueos, hace muy difícil que la gente en Canarias agarre su camino por donde es debido. Por eso hace falta, muchísima falta que aparezcan los criterios sensatos, como este -no podía ser menos- que se manda Jorge Stratós desde la valiosa página de TAMAIMOS. Asunto del unionismo, que es lo de la godada, nativa o sobrevenida, de toda la vida y el independentismo sin reflexión ni cabeza, Stratós nos marca una pauta e reflexión que haríamos bien en no dejar de lado.
Empieza Jorge Stratós, en este lúcido texto que publica en TAMAIMOS, por describir el estado de perplejidad en que nos encontramos estos días quienes osamos ser independentistas, que resultamos reos de toda suerte de vilezas. Pero el siempre sensato cavilador va más allá y esboza un claro esquema de lo que es el independentismo ahora y de lo que debe ser el independentismo canario. Y yo, Chema Tante, reclamo el independentismo que Stratós caracteriza como nacionalista. Un independentismo que nazca de la inquietud social y de la vocación democrática. Porque, para que nos siga mandando una insalla como la del genuflexo Clavijo, no vale la pena la molestia.
