Lo ocurrido entre Washington y Moscú la semana pasada, y en un hotel de Anchorage, tiene un significado que no debemos perdernos

Un estupendo, mucho más valioso de lo que parece a simple vista, de Patrick Lawrence en CONSORTIUM NEWS. Dice Federico Aguilera Klink, al señalar el texto: "... estos periodistas norteamericanos independientes y libres que hablan de su gobierno con claridad... como hacemos nosotros". Esta acotación del profesor tiene una doble lectura. Una real, y la otra, sarcástica. Porque si el sujeto nosotros se aplica a la prensa que sufrimos, es ironía, dado que en este estado español somos muy pocos y muy modestos los medios que nos atrevemos a decir con clareidad lo que hace el gobierno. Pero si el nosotros se aplica a él, Federico y a mí, Chema Tante, entonces es verdad. Lo decimos sin que haya posibilidad de duda. Estos gobiernos, de acá y de allá hacen las cosas con siniestros motivos, al servicio de la oligarquía. Pero, volviendo al texto de Lawrence, vean otra vez como lo que se diga del torpe Biden puede aplicarse al bobo Sánchez, al tolete Ángel Víctor, que recitan también de memoria, el catecismo neoliberal que les marcan el IBEX35 y la oligarquía. Biden hace lo mismo que éstos en Canarias, en el estado español, o en el resto de la UE o en Reino Unido. Torpes loros recitando y actuando, al dictado del poder económico. Y no dejaré de llamar la atención sobre el último párrafo de Lawrence, sobre el "Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas", naciones que se agrupan en defensa de los derechos humanos. No sé si llegarán a tiempo, ni siquiera sé si llegarán a hacer algo. Pero, al menos es una esperanza