Estatuas emblemáticas en diferentes zonas de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, amanecieron este 15 de octubre manifestando su rechazo a las prospecciones y alentando a participar en la manifestación del 18 de octubre.

Somos las estatuas de Las Palmas de Gran Canaria, y hoy decidimos romper nuestro silencio. Pasado aquel gesto que nos convirtió en homenajes, de nosotras tan solo se espera que posemos y callemos, que no nos pronunciemos, que sigamos siendo eternamente convidadas de piedra de lo que haya de pasar. Pero esta era ya no puede más, se muere de dolor, y frente a la barbarie que se cierne sobre los horizontes de estas islas, nuestras gargantas de roca y de bronce necesitan gritar y gritan al unísono: ¡No al lucro de unos pocos sobre el despojo de los muchos! ¡No a la destrucción de un entorno más y de su vida! ¡Fin al sucio negocio del petróleo, en Canarias y en cualquier otro lugar! ¡Sí a la energía del sol, del viento y del mar!