Recomendado por Federico Aguilera Klink
Desde su EN CANARIAS, Ángel Rivero se ocupa, con el rigor y sensatez que acostumbra del tema okupa que de manera recurrente viene siendo magnificado. con motivaciones estratégicas, por la derecha y sus medios mercenarios, como explica Rivero
Francisco Morote, de Attac Canarias se endosa el chaleco amarillo y nos propone tres sabrosos textos sobre las movilizaciones gilets jaunes francesas. "Sobre chalecos amarillos y piedras", por Maciek Wiśniewski en LA JORNADA - "El chaleco amarillo inspira", en La Vanguardia - "Francia: los ´chalecos amarillos´ se manifestarán por séptimo sábado consecutivo", en France 24. "Algo realmente está pasando" yo, Chema Tante, también enchalecado de amarillo, hago mías las palabras de Maciek Wiśniewski, que explica cuánto Macron y los malditos austeritarismos neoliberales se han buscado la tempestad de piedras que están soportando. Es que el chaleco amarillo se extiende por el mundo, como informa LA VANGUARDIA, aunque los resignados pueblos del estado español, excepción hecha de la gallardía de las y los puretas pensionistas -que premonitoriamente también se vistieron de amarillo desde el inicio de sus acciones, no terminan de asumir la necesidad de la movilización. Mientras tanto, este 31 de diciembre, los chalecos amarillos terminarán el años haciéndole foooos a Chacron y a todo el maldito neoliberalismo que campa por el mundo.
Extraordinariamente interesante artículo de Ignacio Vera en EL MOSTRADOR, digital chileno, que recomienda Francisco Morote, de ATTAC Canarias. El fenómeno de la irrupción en la escena política USA de un tipo como Bernie Sanders, que se declara “democratic socialist” término que podría traducirse como socialista democrático o socialdemócrata es un signo muy importante de cómo la protesta antineoliberal se extiende por el mundo, contra todos los esfuerzos de los poderes económicos.
En LA MAREA, un interesante trabajo de Alejandro Inurrieta sobre los azarosos momentos que, también, atraviesa el gigante. Pero un gigante que acepta lo que pasa, porque está de acuerdo con la estrategia ultraliberal. Está conforme con hundirse, para que los ricos triunfen en la guerra que han entablado con los pobres.