Ahora el juez Ruz dice, con pruebas y datos, lo que decíamos mucha gente, con base en, simplemente, la observación directa. Que las fastuosas campañas electorales del partido llamado popular -igual, ya que estamos, que el Partido Español antaño socialista y obrero y la Coalición nada canaria- no podían pagarse con dineros santos.
Cómo no. Canarias tiene el sempiterno triste escarnio de protagonizar estelarmente todo episodio fúnebre que se produzca en el ámbito estatal español. Vean que Canarias y un paradigma del empresariado isleño, el orondo Ambrosio Jiménez, está en la cabecera del elenco que describe Daniel Ayllón en LA MAREA. Se trata de que Canarias lidera de lejos la larga serie de los aportantes (los declarados) al partido llamado popular. No se pierdan el cuento del megapolideportivo, pista de esquí incluída, de Montaña Pacho. Inefable, sería divertido, si no nos tocara y nos pegara, y nos pesara, tan de cerca. Por cierto que ya en abril hablaba de esto CANARIAS SEMANAL