Irma Ferrer recomienda esta valiosa entrevista en TVE HABLA CON, de Francisca González, a Loueila Mint El Mamy, abogada conejera y saharaui. Yo, Chema Tante, aplaudo con fervor la brega de la abogada y destaco la profesionalidad y sensibilidad humana de la entrevistadora.  Loueila, Francisca e Irma, tres mujeres que honran a Canarias.

Ramón Afonso señala esta reveladora entrevista que le hicieron Paco Pomares y Jorge Bethencourt en la SER RADIO CLUB TENERIFE a Francisca Sánchez, fiscal de Urbanismo y Medio Ambiente de Santa Cruz de Tenerife. La fiscal aborda un tema esencial, para entender lo que es la corrupción. Quien se beneficia y a quien se perjudica. Paco Pomares y Jorge Bethencourt libran una batalla diaria en esa radio para intentar quitarle hierro a los asuntos de la corrupción, especialmente, cuando estos actos delictivos son perpetrados por gente de la muy querida por ellos Coalición Canaria, a la que tanto deben. El argumento que una y otra vez sostienen ambos periodistas es el mismo que permanentemente esgrime Cc. El de que no existe, en estos mil y uno hechos corrompidos, un objetivo de lucro personal. De esta manera, Cc, con la colaboración entusiasta, insisto, de ambos periodistas, pretenden reducir los hechos palmariamente delictivos, a meras fallas administrativas. Es eso de que "nadie metió la mano en la lata del gofio", y de que no se puede demostrar "que alguien se beneficiara". La fiscal Sánchez, en la entrevista lo deja claro: hay corrupción siempre que se comete un acto que perjudica, sin explicación lógica alguna, a los  intereses públicos. Y yo, Chema Tante, insistiré en lo que tantas veces he afirmado: Si un cargo político o un funcionario público toma una decisión que lucra a una persona o empresa particular, aunque no se pueda demostrar el pago o contraprestación que recibiera solamente puede concluirse dos cosas: ese cargo político, ese funcionario público, o es un ladrón, o es un tolete. Y, por supuesto, si a raíz de esas decisiones, la nivel de vida del personaje mejora ostensiblemente, la relación queda demostrada sin mucha duda.

Disculpen si les interrumpimos su conversación sobre la liga de fútbol, disculpen si distraemos su atención sobre asuntos de alta política, disculpen si ponemos sobre la mesa una cuestión de la vida cotidiana. Disculpen las molestias, pero nos están asesinando.