El pueblo gitano tiene al fin quien lo defienda. Felizmente, las gitanas y los gitanos han ido rompiendo el terrible cerco cultural a que estaba sometido su pueblo, y se observa un número creciente de profesionales de esa etnia que ocupan con toda normalidad puestos relevantes en la sociedad y contribuyen, con su testimonio y su actividad a la desaparición de tantísimos tópicos e infundios que se habían levantado durante siglos. Pero, claro, no siempre ha sido así. Y puede afirmarse que en este proceso de emancipación social, un tipo insigne, Juan de Dios Ramírez-Heredia ha ocupado un puesto relevante y pionero. Ahora, como digo y me congratulo, el trabajo de Juan de Dios está secundado por un montón de profesionales del pueblo romaní. Pero hubo un tiempo en el que solamente se le veía a él como ejemplo y prueba de que la gente gitana podía ser universitaria. En este artículo que publican ALAINET, REBELIÓN y CTXT CONTEXTO Y ACCIÓN, que recomienda Francisco Morote de ATTAC Canarias, Juan de Dios cuenta una sabrosa y aleccionadora anécdota ocurrida en el marco de la  la I Conferencia Mundial contra el Racismo celebrada en 2001 en Sudáfrica, Con Juan de Dios, los prtagonistas del episodio fueron Juan Carlos Aparicio, entonces ministro de Trabajo y Asuntos Sociale y, sobre todo, Fidel. Fidel, que como siempre, puso de relieve su sensibilidad social y su calidad humana.

 Dos frentes muy complejos vive ahora mismo el señor Sánchez, secretario general del PSOE. Uno, la condición de traidor a la Patria y a España: lo acusan de obstruccionismo al avance económico empresarial y a la creación de millones de puestos de trabajo, aunque el puesto de trabajo se haya puesto al rojo vivo. Y vive, por tanto, inmerso en una estratégica campaña de desprestigio –con beneficiosos resultados para el PP- en cuanto que se niega rotundamente a la presidencia del señor Rajoy.