Federico Aguilera Klink, al hilo de las guerras de Ucrania, de Israel, del Libano, de Siria y tantas otras, recupera este contundente discurso de Harold Pinter cuando recibió en 2005 el Nobel. Yo, Chema Tante, invito a leer estas palabras, con espíritu de actualización: es sencillo, sustituyan -sin olvidarlos- los elementos circunstanciales de hace 18 años, por los actuales. La conclusión es terrorífica. La mentira de la maldad y la maldad misma, prevalecen. Quienes mataban niños, hace ya cerca de un siglo, hace 20, 30 años, ahora, son los mismos. No han dejado de hacerlo. Nuestra pasividad continúa.