Con un fuerte y cálido abrazo agradeciéndole todo cuanto está haciendo por aportar algo de luz en el reino de las tinieblas y el TERROR.
La verdad es que Cristina Fernández de Kirchner nunca ha sido un personaje por el que haya sentido especial simpatía. Mi distancia en relación con el fenómeno político de los Kirchner no proviene de un desafecto personal, sino más bien de una determinada percepción sobre el papel que tanto ella como su esposo han desempeñado a lo largo de las dos últimas décadas.
Pena de País, España, inmerso en una crisis económica de la que cuesta y costará demasiado salir, porque, a pesar de lo que alegan algunos listos directa o indirectamente relacionados, la corrupción y el dinero malversado o mal empleado, han socavado profundamente nuestra economía.