Federico Aguilera Klink ha recuperado un montón de viñetas antiguas, tienen más de diez años, de El Roto. Viñetas que yo, Chema Tante, comento que constituyen una historia de este año increíble que estamos acabando de pasar. Pero hay que decir que la habilidad de El Roto para describir la realidad no es prospectiva. El Roto no anticipaba nada, hace diez años. Son los brutales problemas, los que se han anquilosado, han pasado a formar parte de la estructura. de nuestras vidas y aquí tienen, para empezar, esta viñeta, de hace tantos años, cuya profecía se está cumpliendo ahora. Aunque no quieran los gobiernos y las empresas asumirlo, la Tierra, con la pandemia, nos está bajando los humos. Pero todo lo demás, la pandemia y las vacunas, las estafas de una banca sin escrúpulos, la especulación financiera rapiñadora, la migración y su brutal represión, la pobreza, la obscena desigualdad social, los abusos laborales, la parcialidad de la justicia, los ladridos de una derecha cerril, la presencia entrometida de una Iglesia Católica asfixiante, la venalidad intoxicadora de los medios de comunicación y la inoperancia de un Congreso que no puede solucionar nada. Toda la vergüenza de un sistema que de democracia no tiene nada. Todo lo que nos ha estado pasando en 2020 y seguirá, ustedes lo saben tanto como yo, en el 2021, está ahí, dibujado por El Roto entre 2001 y 2008
No se puede añadir nada a la genial viñeta de Padylla en EL DÍA y LA PROVINCIA, más allá de insistir en recordar a Ángel Víctor su cualidad, también, de PSOEcrático. Porque tiene a mirar hacia el Mar Egeo, cuando el problema está aquí.
Impresionante, contundente alegato de José Manuel Maroto Blanco y Antonio Segovia Ganivet en PÚBLICO. Lo recomienda el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado y yo, Chema tante, agrego que es todo un pistoletazo a las conciencias de la gente en este estado español que no se percata de que en nuestras sociedades el racismo está ahí presente, inoculando el subconsciente. En estos días se escuchan testimonios de gente negra, árabe, asiática que denuncian como en todos los niveles de la vida cotidiana acusan los signos de racismo. Hay intolerantes que lo expresan porque, en verdad, odian lo extraño. Pero también muchas personas lo hacen sin tener presente lo que están haciendo. Pero demuestran que ahí, en el fondo de su cerebro, está presente el racismo, la xenofobia.