Es lo que pasa, cuando se trata de dar una imagen distinta de lo que se es en realidad. Macron ha montado una farsa, presentándose como un tipo simpático, cordial, buena gente. Pero quien es neoliberal, por definición, no es buena gente. Quien profesa el neoliberalismo, el fascismo del siglo XXI defiende la ley del más fuerte y desprecia a la gente debil, desamparada. Por eso la cruel Europa neoliberal asiste impasible a la masacre de personas refugiadas en el Mediterráneo. Y por eso, este machango neoliberal gloriosamente ascendido a las altares presidenciales de Francia, se permite cachondearse de unas personas que buscan su derecho a la vida, tratando de escapar, abordo de las ‘Kwassa kwassa’, del hambre, la enfermedad y la muerte, en el Índico. Lean en EL PAIS, la poca gracia del tolete. O veánla, en el vídeo de LE PORC VÈNÉR en YOUTUBE