Comunicados
Recién nacida la chiquilla llegaron del Materno en el taxi al barrio de El Lasso, sin dinero para pañales y leche maternizada, en aquella montaña desarbolada, reseca, erosionada y parte del viejo municipio isleño. Allí en el cercano colegio quien llevara el bollicao o la manzana verde era casi un privilegiado en unas mañanas lectivas de sueño y tristeza. Yanira gemía placida en su cunita del 5º B, su madre sola desde antes de nacer trataba de enjugar el negro futuro, no quedaba esperanza.