El lado sangriento de la transición verde - por Laura G. de Rivera

Laura Ballester reporta desde EL PERIÓDICO DE ESPAÑA sobre la celebración de una jornada contra la corrupción urbanística en Valencia, donde Canarias estuvo brillantemente rerpresentada por una puntal de La casa de mi tía, Irma Ferrer. Lo cual, yo, Chema tante, proclamo con el natural orgullo. Algún día se sabrá la descomunal batalla que toda la gente que estuvo representada en esa jornada está librando contra un enemigo fiero y fuerte, la corrupción.
Antonio Aguado, coherente veterano militante socialista señala este artículo de Laura Galaup en EL DIARIO denunciando lo que yo, Chema Tante no dudo en calificar como otra de las pruebas de la hipocresía de un sistema que se dice democrático y constitucionalista pero ignora la Constitución y agrede la democracia
Francisco Morote, de Attac Canarias recomienda este artículo y aporta el antetítulo. Y él y yo, Chema Tante, reclamamos la desaparición, en todas partes, de las imposiciones sobre las mujeres. Que nadie prohíba ni obligue a ninguna persona, mujer o no, a vestirse de una determinada manera. Que cada quien decida según sus ideas y sus sentimientos religiosos. Ni obligación en unos países ni prohibición en otros.
La obra documenta diferentes momentos de acción colectiva en el Oeste sahariano (sur de Marruecos, Sahara Occidental y Mauritania) a lo largo de casi un siglo y en ella han participado una quincena de autores-as.
Laura Bautista en ABC informa sobre esta nueva barbaridad inventada por el Gobierno de Canarias Lo comento yo, Chema Tante
Laura Berja firma en PÚBLICO este alegato por la libertad y contra la gente que se empeña en imponer sus criterios a las demás personas. Lo señala el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado. Y yo, Chema Tante vuelvo a decir a la gente intolerante, que esto de la interrupción del embarazo es un debate agotado. Que piense cada cual en buena hora lo que su cerebro le diga, pero que nadie se empeñe en salvarle el alma a las demás. Nadie obliga a abortar a nadie. Porque nadie puede imponer su pensamiento a nadie.