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La deriva desarrollista del actual Gobierno canario tiene varios pilares. Destaca el proyecto de ley del suelo, completamente ajeno a la sostenibilidad y que vuelve a poner al ladrillo y al cemento como ejes de un modelo depredador y que cuestiona el presente y el futuro del territorio y el medioambiente. Sustituyendo el urbanismo de planes por el de proyectos. Propiciando actuaciones aisladas y no planificadas, que provocarán daños irreversibles en el paisaje y en el territorio. Nueva Canarias (NC) se ha pronunciado de forma clara contra este proyecto de ley, coincidiendo con el sentir de otras formaciones políticas, sindicales o medioambientales.