La pérdida de culturas locales - por Wendell Berry (1988) / En Kentucky, como en Canarias, Una perdida que es una estupidez, comentan Federico Aguilera Klink y Chema Tante

Colin Todhunter en GLOBAL RESEARCH pone por escrito la certificación de nuestros peores temores, que ya son realidad. El aniquilamiento total de las pocas y menguadas libertades económicas políticas y ciudadanas con que contábamos. Nos dejan hacer lo que queramos, siempre que no les perjudiquemos. Y, contra esto, se levanta la iniciativa "LOCAL FUTURES" Lo señala Federico Aguilera Klink, escribiendo: "Luego dirán que no avisamos" y yo, Chema Tante, sigo diciendo que aunque sigamos avisando, que lo haremos, la estupidez generalizada es muy garnde. La gente no se entera, Lo de LOCAL FUTURES es estupendo y lo apoyamos y apoyaremos. Pero hace falta todavía más esfuerzo.
Un muy interesante trabajo de Chris Smaje en LOCAL FUTURES, que señala Federico Aguilera Klink. Un cuestión que es de aplicación en todo el mundo, pero muy en especial, en territorios alejados, como el de canarias que, con una tradición agrícola muy sólida, con unas condiciones climáticas inmejorables, importa de mercados remotos el 90 por ciento de todo lo que come su población y comen las y los turistas, 16 millones, que viene por acá. Como dice Smaje, un suicidio al que nos han condenado los gobiernos felones de antes y parece que nos sigue condenando el de ahora, siempre sumisos, todos ellos a los designios de la toleta empresarial que destroza Canarias. La soberanía alimentaria, consumir comida de producción local, es una cuestión de supervivencia. Lo contrario, de muerte. Y quien provoca la muerte, es un asesino y si la muerte es colectiva, lo es también el asesinato.
La ‘cabeza de lista’ ha recorrido varios mercados de la capital grancanaria en apoyo de la producción local y de los pequeños y medianos emprendedores canarios.
La magistrada ha remarcado que “nuestras autónomas y autónomos deben saber que no defendemos que paguen una cuota fija, sino progresiva; y que no se pague el IGIC en el momento de facturar sino en el momento en el que se cobren las factura”.
Pero enfrentarse al techo de gasto no solo es cuestión de palabras y manifiestos, sino de hechos. Sin resistencia municipal e insumisión, nunca se lograra abolir una ley que pone los ayuntamientos al servicio de los bancos y para que los grandes contratistas privados hagan negocios.