Firmas
Lo que no lograron las razones - por Nicolás Guerra Aguiar

Da pena decirlo, pero a veces las palabras de nada sirven, las marginan, las silencian o les quitan sus elementales contenidos. Y eso que la palabra –la palabra noble, razonadora y racional- es el elemento imprescindible para que existan el diálogo, la comunicación serena y desintoxicada entre personas o, en este caso, entre un pueblo a través de su representación legítima –la Corporación galdense- y otra institución, el Cabildo, hoy codirigido políticamente. Y cuando a las palabras se les inutiliza su función, sucede lo que pasó esta semana con la residencia de mayores de Gáldar: la pacífica invasión de las dependencias cabildicias logró en horas veinticuatro aquello que le habían hurtado a los entendimientos racionales.