No temo repetirme cuando afirmo otra vez que Raúl Vega, desde TAMAIMOS, se distingue por tomar temas conflictivos y conferirles un punto de sensatez. Esta vez, asunto de la formidable fogalera que se ha armado con la imagen de la presentadora del programa de fin de año en la televisión pública canaria. Eloísa no fue consciente -o sí lo fue, que no importa nada- de que en Canarias puede meterse viento en todo momento y que las faldas abiertas las carga Guayota. La cuestión ha sido que se levantaron opiniones de todo pelaje sobre el suceso. Que uno ha tenido que aguantar por doquier tongas de machistas comentarios procaces. Pero poca gente dice lo que Raúl. Que todo se reduce al papel que debe -deber que no cumple, evidentemente, la RTVC- asumir un medio público. Un deber de formación, de rigor, de respeto a las personas. Porque lo no puede tolerarse es que la televisión canaria mantenga el rumbo frívolo sin consistencia, chabacano, que le marcaran Willy "llamame Guillermo" y Paulino.