Gustavo Duch en SOY COMO COMO y en su blog PALABRE-ANDO comenta lo que muha gente sabe, pero pocas personas asumimos. Estas personas que vienen buscando la vida, esta gente que tanto molesta, que quieren botar al mar, en muchos casos, no vienen del desierto, sino de territorios muy ricos. Lo que ocurre es que son territorios saqueados. Y son los mismos países que prohíben la migración, para de esa manera explotar también a las y los migrantes. Las indecentes personas que execran la migración, que piden que se maltrate a seres humanos sin amparo, son las que se aprovechan de estas desgracias. En este artículo que recomienda Federico Aguilera Klink, Duch trata algo que ya denunciaba María Rodríguez en EL DIARIO hace dos años. La riqueza pesquera del Senegal, como la de toda la costa africana, que mantenía su equilibrio por la explotación sensata de la pesca artesanal, sometida a la depredación de los sistema intensivos. Otra desgracia, para África y para el mundo.
En ECO REPUBLICANO y en su página ESPAÑA POR LA REPÚBLICA, Paco Arenas trata otra vez de lo obvio: O la izquierda se une, o el fascismo vuelve a pasar. Una realidad ante la que toda otra consideración debe olvidarse, cuando se busca una canidatura unitaria de izquierdas.
Los muertos de Lampedusa, aquellos sin nombre y sin tumba, aquellos que se suman a los miles que cada año mueren en el mar tratando de alcanzar costas europeas o sin salir de sus países en el África profunda, tratando de alcanzar el pan cada vez menos nuestro de cada día...