El presidente del cabildo de Tenerife respondía de tal forma en declaraciones a SAN BORONDÓN para justificar su petición de 2.000 millones para el tren y no para medios antiincendios
Uno empieza a reirse, con esto que cuenta BELÉN DE VIL en su blog, pero, de inmediato, cae en la cuenta del deplorable estado de deprivación moral que revela la cosa. Y vuelve la depresión. También veo que Sir Archibald Bradley Curbelo comenta la astracanada en SAN BORONDÓN
En SAN BORONDÓN, Viciana toca un tema recurrente. La proverbial falta de rigos y de honestidad de un tipo que se presenta como arquetipo de la rectitud, pero es todo lo contrario. Ricardo Melchior