La casa de mi tía
En realidad, no congelan el salario mínimo, porque, eliminando servicios sociales y derechos a la salud y la educación y subiendo tarifas, lo que hacen es reducirlo más. Y hay quien dice que es un desbarre afirmar, como lo hizo el profesor Vicenç Navarro, que la guerra civil continúa. El más depravado cinismo de este partido de ultraderecha, el de los mismos que pasaron en el 39, es denominarse con el digno apelativo de "popular". Precisamente el que con tanta honra llevaba el frente que ocupaba legal, democrática y constitucionalmente el gobierno, cuando esta gente se levantó en armas, para proteger sus privilegios.. No hay día en que no demuestre esta tropa del partido alevosamente llamado popular su absoluta lejanía del pueblo, su simbiosis completa y única con la clase dominante, la casta de los ricos. Limitan el derecho a decidir sobre su maternidad solamente a quien tenga recursos para ir a donde sea legal; restringen el beneficio de algo tan elemental como es la electricidad, como ya lo hicieran con la salud o la educación, elevando su precio. Y, para asegurarse de que no se escurre ningún pobre, ahora congelan el salario mínimo, que es lo que cobra una inmensa mayoría de la gente, pero que además influye en todas las retribuciones.